Era necesario que el equipo reaccionara, los números que llevaba hasta finales de octubre eran iguales que el aciago año pasado. Es más, mucho sonaba sobre el final de Quique Hernández en el banquillo( 8 puntos en 11 jornadas) pero el empate en el estadio de Montilivi daba el aire necesario para una jornada más para el míster. Esa igualada en tierras catalanas daba una perspectiva diferente ya que el equipo se había puesto por delante tras recibir el 1-1, lo que indicaba que, al menos, ya no le afectaba tanto el gol contrario como pasó en Vitoria. El triunfo ante Las Palmas podía suponer el punto de inflexión, sobre todo, con el gol de Sissoko pero la derrota en el Nuevo Arcángel, en Córdoba, daba marcha atrás. Con todo, el hecho de recortar distancias por dos veces podría dar una imagen esperanzadora en las líneas de arriba, a diferencia de una zaga sin ningún acierto. Las victorias han venido acompañadas con la racha del “9”, que ha marcado en los tres últimos encuentros cuatro goles y la presencia de Sugi en el terreno de juego.
Mirando un año atrás, el equipo estaba colista, con 13 puntos (cinco menos que en la actualidad), con 12 goles a favor (siete menos que ahora) y la sensación de ser incapaces de ganar a cualquiera. Hace un año, el Hércules arrancaba un punto agónico en Huesca, el domingo pasado ganaba en buena lid en Murcia
Apunte. Al final va a resultar
que el de megafonía del estadio, cuando anunciaba a Sugi, no iba tan
desencaminado. Sí es cierto que chirriba escuchar su nombre como si
el jugador japonés fuera una estrella presente cuando sólo era un
jugador que había jugado apenas un cuarto de hora en Córdoba. Dos
partidos después, el jugador japonés marcó un bonito tanto ante el
C.d'E.Sabadell y dio dos asistencias en la Nueva Condomina. Imaginen
ahora como lo nombrarán el próximo sábado.