Una
de las ventajas de esta temporada tan igualada es que la segunda
vuelta va a comenzar casi como si se pusiera a cero el contador a
cero. El equipo que estaba sin fe ni confianza a finales de octubre
en ese encuentro ante el Real Jaén empezó a creer en el estadio de
Montilivi(2-2), creció con el gol de Sissoko y rompió en Murcia los
problemas con los partidos a domicilio. Cuando ha acabado diciembre,
el balance es para pensar en algo esperanzador, fruto de las tres
victorias consecutivas a domicilio. Incluso, el partido ante el
Sporting de Gijón nos mostró a un equipo que tuvo sus ocasiones
para, al menos, sumar ese punto más. Veinticuatro puntos y dos
partidos con equipos de abajo como Club Deportivo Mirandés y el
filial culé.
Lo
positivo de las inercias ganadoras es que jugadas como la del 0-1de
ayer acababan tropezando en un jugador rival o, peor aún, en la
espalda de un compañero y ahora se culminan en gol. Que ahora se
llega a esos centros cruzados como el de Sardinero que Portillo llega
a alcanzar para poner el 0-2. Pero también, sobre todo, porque
Falcón tuvo su parte, especialmente, después del 1-2 de penalty
riguroso tendiendo a “inventada”. Sugi sumó el tercero con
perseverancia tras la entrada en banda de Juanma Ortiz y el disparo
de Sissoko que el nipón toca para meter el esférico en la red.
Mereció
la victoria el Hércules de principio a fin ante un rival que, como
se ha comentado en varios sitios, estaba teniendo problemas de
vertigo y al que esa igualdad bien le puede dar un disgusto si no se
pone las pilas y reacciona. Por parte blanquiazul-ayer de amarillo-
el tercer triunfo hace de diciembre un mes importante y, sobre todo,
las sensaciones porque el año pasado no sólo eran los diez puntos
menos en comparación con este año, es que también se arrastraba un
polémico comunicado y el asunto de las salidas de algunos jugadores
mientrs ahora se echa de menos esos partidos navideños que se viven
en la Premier inglesa.
Apunte.
Edu Bedia marcó un gol de falta directa. En sí, eso no es noticia
porque ya marcó dos la temporada pasada. Lo que sí se confirma es
que tiene un guante en sus botas y sólo la mejora en el desarrollo
de juego le acabará dando el derecho a jugar en la Primera división.