Tengo muy claro que si hay un factor
importante para considerar si es preocupante una derrota o no es la
cantidad de ocasiones de juego generadas durante un partido, aparte
de las jugadas a balón parado, imprescindibles en una categoría en
la que el detalle puede desnivelar un resultado como pasó ayer con
el gol asturiano en el minuto 2. El de ayer fue un partido para no
preocuparse en exceso. Sí, en los equipos en descenso puede ocurrir
lo de ayer: tener infinidad de ocasiones y no marcar ninguna mientras
que el rival se acercó sólo en dos ocasiones serias: en la primera,
el gol; en la segunda, a la cruceta y poco más después. Mientras,
en el área del guardameta sportinguista, el balón no quería entrar
con la facilidad de hace dos semanas. En cierto sentido irónico, se
puede decir que se ha ganado un punto. ¿Cómo si se ha perdido?. Muy
sencillo, porque lo normal quizás hubiera sido sumar dos empates en
estos dos últimos encuentros(dos puntos) pero la victoria y la
derrota han permitido que tengamos ahora 18 y no 17.
Era un partido difícil ante un equipo
que lo tiene todo para soñar con ocupar una de las dos plazas por el
ascenso, incluso un colegiado permisivo en algunos lances del
partido. El gol de Jara tuvo, por desgracia, demasiada importancia
para el devenir del encuentro. En sí, el gol tuvo parte de mérito
en la jugada ensayada y demérito de la zaga blanquiazul que cayó en
la trampa y dejó solo al jugador blanquirrojo para batir a Aulestia.
Poco después, Barrera mandó el esférico a la parte del larguero
cerca de la cruceta, aprovechando incluso el rebote para volver a
disparar, ya más alejado. A partir de ahí, Sugi cogió el carro
herculano y lo llevó hacia las inmediaciones de Cuéllar. Suyas
fueron las primeras ocasiones producto de su forma de encarar la meta
rival- lo único que me preocupa es que se lo empiece a “creer”-,
lo que hizo que la afición esperara un milagro antes del descanso.
Cuéllar salvó dos goles claros: un remate de Portillo a bocajarro y
un disparo desde la frontal por parte del nipón. En la segunda parte
siguió el ritmo de ocasiones pero que acababan desquiciando al
aficionado y jugadores. Doloroso sin duda fue el poste de Assulin, la
falta lateral de Eldin que Cuéllar salvó sin saber cómo o el
remate de Sissoko y el central asturiano. Mientras, Cuéllar iba
perdiendo el tiempo ante la permisividad del colegiado-hacerse el
despistado con el esférico y los recogepelotas-, pasando el tiempo
muy rápido. Por parte gijonesa un disparo desde 45 metros por parte
de Scepovic, que salió fuera por poco. Para la polémica, un empujón
a Sugi dentro del área grande que bien pudo pitarse. El único sabor
amargo es que los últimos cinco minutos se desaprovecharon sin crear
peligro.
Estos dos desplazamientos a Alcorcón y
Lugo para acabar el año nos dirán las opciones de salir o no de
puestos de descenso. Creo que jugando como ayer, lo normal es salir
porque si hay algo peor que perder como ayer, es hacerlo sin ideas ni
ocasiones. Ayer las tuvieron y no entraron...otro día lo harán si
se sigue con esa persistencia.
Apunte. Aunque será motivo de
artículo futuro, lamentar algunas imágenes que la Copa del Rey no
merece. Ver el Nuevo Colombino casi vacío demuestra que se perdió
en 2006 el camino para hacer entretenida esta competición: partido
único y el morbo de la eliminación en ese mismo partido, no jugar
en fin de semana.