Llama la atención que tienen ACB y la
ASOBAL por lograr una liga cerrada. Cerca anda la LFP, temerosa
porque el fútbol tiene un impacto social más considerable, pero de
forma más tácita pero puntillosa lo irán logrando con el paso del
tiempo. Un deseo por lograr la competición perfecta para los que
están dentro de esas patronales deportivas. Es el choque perfecto de
ideas y lo vemos en fútbol: los que están arriba no quieren perder
privilegios; los que están abajo quieren ampliar el número de
equipos. Así, en 2ªB asistimos a constantes intentos de buscar esa
añorada ampliación de la segunda a dos grupos.
La Asobal ha decidido poner un canon
para competir en la élite del balonmano: 20.000 euros para los
equipos que militan en esa categoría y 40.000 si es nuevo equipo. En
Huesca ya han dicho que ha sido un palo que ha paralizado el asunto
deportivo, en otros sitios lo aceptan a regañadientes pero ya es un
palo y, sobre todo, a los recién ascendidos. En el tema de la ACB,
lo hemos visto con el Club Baloncesto Lucentum. Quien asciende por
primera vez(como ocurre en Burgos) debe pagar un canon de 3 millones
a fondo perdido y una fianza de 1,8 millones que es devuelta cuando
se desciende a la LEB con el objetivo de dotar al club de una dosis
de liquidez para aguantar en la categoría de plata. Si se sube
después, sólo es pagar esa fianza de nuevo.
Ambas competiciones han cerrado casi el
acceso de nuevos equipos mediante la implantación de un importe casi
inalcanzable por la situación económica y el poco “punch”
mediático del balonmano y del baloncesto(las audiencias en temporada
regular son dantescas). La LFP, consciente del importante valor del
fútbol, sabe que no puede exigir un importe similar, lo que
provocaría que los equipos ascendidos a primera división tuvieran
que renunciar como ha pasado a la ACB que lleva dos años sin que
nadie pueda dar el salto por méritos deportivos. Lo hacen por otra
vía: ese control económico, ese “fair play financiero” puede, a
la larga, provocar algún cisma si la sanción por el incumplimiento
llevara el descenso a la 2ªB(o peor).Ahí verá si tiene aguante
para mirar hacia otro lado en caso de manifestaciones como las
vividas en Vigo y Sevilla en 1995.
Estoy de acuerdo con la obligación de
un control para evitar problemas en determinados equipos. Cada año
vemos clubes que acaban desapareciendo y apareciendo otros. Pero, a
su vez, considero necesario mantener esa ilusión por el sueño del
ascenso y la posibilidad de jugar en competición superior. Cerrar la
competición es sentenciarla a la falta de interés más absoluta: en
la Liga ACB, verían que no hay interés por el descenso...porque
nadie bajaría, ya que los ascendidos no podrían alcanzar la
élite...con el deterioro de esa competición. En caso del ascenso,
la ilusión es breve y contradictoria.
Afición por una liga cerrada
Apunte Se siguen alargando los plazos, hay cosas pactadas pero nada se concreta con el paso de los días. El tema de los abonados preocupa porque no se logra que aumente el número, lo que parece ser un ejemplo de "pescadilla que se muerde la cola":no hay fichajes, no hay interés por abonarse salvo los fieles.