El título más bien refleja un deseo más que una realidad. De ser cierta la noticia que apuntaba el diario Información, se avecinaría una guerra de egos tremenda entre la persona que ostentaba el poder en el Hércules CF, Enrique Ortiz, y el jugador que tiene el aprecio de buena parte de la grada y el que, con sólo una frase la semana pasada, ha revolucionado el vestuario,Tote. Cuando todo parecía que se había tranquilizado, los comentarios del "10" herculano volvieron a levantar ampollas y a sumar apoyos dentro de la plantilla. La noticia implicaba el deseo de Enrique Ortiz de echar al capitán por las declaraciones, demostrando no saber aceptar las críticas-que ya viene de lejos- y ese afán por hacer medidas sin pensarlas.Que no hubiera fundamento jurídico es lo que ha salvado a Tote de su marcha del club pero deja un sabor a crisis preocupante. Ya en la semana pasada escribí sobre ese tema: en breve letras, creo que influyó los problemas extradeportivos en el descenso-de los que el máximo accionista se podría considerar responsable-, pero también cierta desidia en los jugadores en determinados momentos(mal que les pese, la imagen que dieron ante el C.At. Osasuna fue una demostración evidente de que el destino del club les importaba bien poco, incluso para los que están actualmente en la plantilla). Otros equipos con problemas de cobro han demostrado que debían dar el do de pecho y salvarse/ascender; poco me importa si son excepción o no, demostraron que se podía hacer. Uno no cumplió con los pagos pero tampoco los otros pueden invocar un trabajo que fue, en los últimos meses, inexistente, sin implicación alguna.
La calma desaparecerá del club, se habrá convertido el Hércules en un polvorín en el que vamos a ver los cuchillos volar de trinchera a trinchera. Afortunadamente, no se ha podido realizar lo que pedía Ortiz- no está la entidad para perder juicios- pero deja una imagen tétrica de un club resquebrajado. Lo dicho, un duelo de egos: uno por sentirse herido ante las críticas y que quiere acallar; el otro que juega a eso, a echarle la gente encima aprovechando que tiene apoyos entre la masa de aficionados herculanos. Un embrollo de dos partes a la que se une una tercera: el hecho de publicar tal noticia-otra cosa es que se hubiera llevado a cabo- va a provocar una situación desagradable en todos los ámbitos: enturbiará el ambiente, provocará una división entre la propia afición en torno al propio jugador y que puede trasladarse a su juego, si se mantiene en sus trece. Sí, puede parecer que moleste que hable pero hacerlo provocaría más inestabilidad. No ayuda ni a la entidad ni al equipo seguir manteniendo esta pugna de dos personas que creen llevar la razón. Esa calma institucional, por triste que sea, es lo único que permitiría crecer a la entidad, lo que se ha probado en la época en la que estaba alejado Enrique Ortiz. Afortunadamente, llegan semanas en las que el balón no rodará(más por la última tendencia) y no acrecentará todavía más la tensión que se vive en este club.
Apunte: Juan Carlos Garrido y Gregorio Manzano han sido las víctimas de la ronda de dieciseisavos de final de la Copa del Rey mientras que Javier Aguirre se ha quedado en el alambre. Triunfos impactantes de los equipos "menores" y que nos traen el recuerdo de aquel CD Numancia de la temporada 1995/96 cuando fue eliminando rivales de 1ª y caer ante el F.C. Barcelona, con la valentía de ponerse 0-1 en el Camp Nou. Una gesta que ha hecho felices a los de Miranda de Ebro y Albacete.