domingo, diciembre 12, 2010

Cuatro en un cuarto

Cuatro goles en un cuarto de hora conviertieron una tarde que tenía visos de ser aciaga a poder salir con una sonrisa tan grande como mantener, aún, los cinco puntos con el 18º y con un resultado contundente con el que apagar, al menos, la hoguera del pasado lunes cuando las críticas arreciaron por la derrota en A Coruña. Así está siendo esta liga 2010/11 de la BBVA por la parte baja: buenos resultados en casa y derrota a domicilio. El Málaga CF de hoy había vencido sin dificultad al Racing de Santander por 4-1 y hoy ha caído por el mismo resultado. Ni eran tan buenos la semana pasada, ni un banda hoy. Y así cada uno de los que tienen que disputar la permanencia. Lo mismo se puede decir de este Hércules que, aparte de no lograr un empate desde aquel encuentro de Almería, ha alternado esas dos caras cual Doctor Jekyll y Mr. Hyde, siendo capaz de ser derrotado sin mucha dificultad en Pamplona, Cornellà o A Coruña(lo más cercano al empate) y vencer en casa ante los dos recién ascendidos(Real Sociedad, Levante UD) y Málaga CF, al que ejecutó con ese ánimo de revancha que comentaba el jueves pasado tras recordar aquel 3-2 de La Rosaleda. Anecdóticamente, aquel partido abrió la veda del gol para Portillo y Abel Aguilar mientras que hoy lo ha sido para Abraham Paz y Kiko Femenía.

Y eso que el partido no empezó bien tras irse Duda de Peña, disparar con potencia a portería y aprovechar Sebas Fernández el desafortunado rechace de Calatayud. Valdez había tenido una ocasión antes pero la salida veloz del Málaga daba cierta preocupación, no en vano estamos hablando de un rival que, en Zaragoza, marcó cinco goles en sólo 35 minutos o había vencido en el Colisseum Alfonso Pérez. Las llegadas del Hércules eran peligrosas por la calidad de quién disparaba-la primera ocasión de Trézéguet que se iba fuera por poco o el poste de Nelson Valdez poco antes de volver a vestuarios- mas las ideas para llegar hasta ahí no eran nada claras, lo que llevó a cierta preocupación en la grada al ver que se podía temer un 0-2 en jugada parada a un empate a uno. Había esa sensación de pesimismo similar a la del 0-1 de la Real Sociedad hace poco menos de un mes. El Hércules de la segunda parte fue insistiendo y ya comenzaba a usar un poco más las bandas. Ahí llegó el peligro con centro de Peña que Drenthe no acierta a rematar bien. La siguiente ocasión llegaba con una falta directa de Drenthe que se fue fuera por poco. En el minuto 60, el cambio que revolucionaría el partido: salía del terreno de juego Abel Aguilar para ser sustituido por Kiko Femenía y Tote iba a la zona media. En el período que transcurrió entre el minuto 66 y el 81 llegaron los cuatro tantos que cambiaron el desánimo por la alegría desbordante, empezando por el 1-1 del delantero franco-argentino, de tacón a pase de Valdez; el penalty a Peña y el disparo bien colocado de Drenthe desde los once metros dio la vuelta al marcador en apenas tres minutos. Sin tiempo a reaccionar para los malacitanos, un saque de esquina fue el escenario del 3-1 con el gol de Abraham Paz. El público comenzó a celebrar el triunfo de forma merecida por el susto previo pasado y, con el 4-1 de Kiko Femenía, cantó con olés los pases con un cariz feliz pero también de "vendetta" por otros gritos similares en la primera parte desde el rincón visitante. Y tiempo hubo para un quinto gol si Cristian hubiera acertado a marcar en un contraataque de libro, en el que también pudo haber cedido a Portillo pero que, en plena euforia, se quiso sumar al festin. Concluye así el año 2010 en lo que se refiere a los partidos de casa y que había empezado con aquella matinal en la que la "doble D" marcaba un 2-0 al FC Cartagena. Tiempo habrá para el resumen anual.

Apunte. No aguantó el marcador todo lo que se le vino encima. Tardó en ponerse el 1-1, casi en el momento del penalty se actualizó. Con el 2-1 tardó un poco menos pero tampoco fue una modificación rápida; con el 3-1, el marcador dio un salto en el tiempo para quedarse bloqueado en el 72:57 en el que se quedó unos minutos, los suficientes para que Kiko no viera celebrar su gol porque el marcador pasó a mejor vida...al menos por el día de hoy.