Durante muchos años, más allá del tiempo que lleva Enrique Ortiz como máximo accionista del Hércules, he tenido la costumbre(y la mantendré) de abonarme al club más allá del 31 de julio. No es signo de estar enfadado pero sí de esperar que se resuelvan los típicos fantasmas de ese día señalado y que ha sido compañero del club durante demasiado tiempo: el día en que la AFE dictamina sentencia sobre los equipos que incumplen con sus futbolistas. Aunque siempre se ha salvado por una cosa o por otra, estar pendiente a una fecha determinada como ésta siempre me ha dado por pensar en el maravilloso gasto por publicidad que supondría dejar de pensar en denuncias y poder presentar una campaña de abonos digna y llevar como el Cádiz más de 11.000 abonados, haciendo que, a este paso, la campaña se deba cerrar pronto porque sólo quedarían unos 3000-4000 abonos por lograr una imagen impactante: el Ramón de Carranza casi lleno en cada uno de los partidos; sin embargo, el grueso de abonados herculanos llega durante el agosto: el club se relaja a sabiendas de que mucha gente acaba esperando a ver si el equipo salta el último obstáculo. Es un asunto que, como ya he escrito antes, se extiende más allá de Enrique Ortiz y al que sólo se puede lamentar que no haya cortado esta tendencia que hubiera dado muchos puntos de credibilidad económica del club a medio y largo plazo. Sin embargo, el herculano se ha acostumbrado a estar en esta situación.
Porque la realidad es que se juntan noticias como el traspaso de 400.000 euros por Tiago Gomes y la circular de la AFE que son incompatibles para el sentido común. Lo que deja relucir la AFE es una posibilidad de rebelarse de los futbolistas y que el club puede cortar de raíz y no con palabras, precisamente. En la circular se anunciaba a cinco clubes de la LFP que estaban en esa situación de "dificultad económica": Real Valladolid, Xerez Club Deportivo, Hércules CF, Albacete Balompié y Alicante C.F(a efectos de AFE dejan de ser la LFP el 31 de julio, por eso en la lista de impagos a jugadores estaría el Alicante en la lista de 2ª a pesar del descenso deportivo). Esa circular autorizaba a los jugadores contratados desde el jueves pasado a poder rescindir unilateralmente si no se le anunciaba el club la situación de dificultad económica y que les suponía una rebaja en el importe garantizado del Fondo de Garantía Salarial en caso de concurso o descenso por impagos. Es decir, una manera inequívoca de alejar los futbolistas del club que se ha interesado por ellos. Por ello, es fundamental que la imagen del club no se deteriore más y que se corte de forma limpia esta situación que amenaza a un club que, hasta el martes o el miércoles aún pensaba en pagar dos millones y medio por Abel Aguilar, porque ese es el mejor gasto de publicidad que se puede hacer.
Apunte Con Rufete, que se presentará en los próximos minutos, se cumple el viejo sueño de contar con el jugador de Benejúzar después de estar ganándose un buen palmarés en sus clubes anteriores.