Ayer fue la presentación de Cristiano Ronaldo, alias CR9, y hace unos días fue de Kaká. Todo un espectáculo que aleja dos mundos: el estelar del Real Madrid, FC Barcelona y, como mucho, el Atlético de Madrid contra el poco emocionante y cercano a la crisis del fútbol. Dos mundos dispares que se alejan con el paso del tiempo y laminando las ilusiones de los jóvenes con respecto a sus equipos de origen. Lejos, muy lejos queda aquellos tiempos que muchos campos presentaban buena imagen. Desde hace unos años, el PPV y los derechos de imagen han aumentado la distancia entre los dos grandes y el resto del fútbol nacional; luego los cantidades cobradas los separarán en pequeños grupúsculos pero la realidad es que el fútbol ha perdido parte de esa magia aunque se llene de futbolistas espléndidos.Y si no ha perdido el resto se debe a su carácter de sorpresa pero, en una competición de regularidad, los buenos acaban decantando pronto la competición.
Lo irónico es que son dos mundos compatibles: cualquiera puede sentir aprecio por uno de estos y, además, por el equipo de su ciudad mas la realidad hace que, a igualdad de horarios de ambos acontecimientos, el bar de la esquina está hasta los topes mientras en el estadio, el club local se las tiene que ver y desear para atraer más allá de sus aficionados fieles; donde se compra alegremente por 85 euros camisetas de un ídolo mientras regatea al equipo local(que, en ocasiones, cuando era pequeño ese aficionado acudía a animar y ahora no) y pone pegas para acudir al estadio. Es curioso pensar que dos equipos puedan llegar a hacer tanto daño al resto cuando, sin ellos, la competición se iría a garete. En Primera división, la duda es saber quién será el tercer equipo de la tabla tras dos equipos que, ya en la temporada pasada, marcaron diferencias abismales respecto a los demás; mientras, en 2ªDivisión se luchará por cada aficionado puntual que se pueda captar y rezar por no coincidir mucho con estos transatlánticos de las audiencias...y de las ausencias en los estadios.
Apunte Al parecer se confirman los rumores que apuntaban a que la revista don Balón ha cedido a la grandeza del primer mundo futbolístico y le niega el pan al fútbol modesto. Todo el especial que venía con el final de temporada ha sido finiquitado como si fuera algo que estorbara. Bueno, un lector menos.