Se veía venir a distancia. El adiós a Mariño era una historia que, tarde o temprano, iba a ocurrir y, salvo sorpresa, el peruano ha visto como la puerta del Hércules se le ha cerrado tras días titubeantes de “hoy me cierro, hoy me abro”.No era lógico lo que ocurría ni con el problema del visado o el inicial con su club de origen. Partiendo de un problema que se llamaba traspaso costoso, la pretensión herculana seguía basándose en una cesión por dos años más pero que el club originario no aceptaba. Los flecos fueron desapareciendo y, al final, se aceptó una cesión por un año más. Todo apuntaba a que Mariño seguía…y Tote estaba con casi los dos pies fuera pero las circunstancias han dado un vuelco de 180º en ambos. A los pocos días de la aceptación verbal del compromiso llegaba la sorpresa en forma de presidente del club peruano del Cienciano afirmaba que estaba hecho con el internacional peruano. Otro cambio de rumbo llegó con la información de que dicho fichaje era un bulo y que el jugador llegaría para mediados de julio para firmar pero lo que se vio no fue este bulo…sino más bien un pulso entre ambos clubes. Durante unas semanas, la información confusa entre los diarios no daba claridad a un asunto donde unos decían que se había pagado traspaso, otros seguían hablando de cesión. El citado problema con el visado y el retraso continuado del jugador le ha puesto en el disparadero de la comisión técnica, de la afición, etc. Entre medias, el agente complicaba la presencia de Mariño con comentarios del estilo:”la próxima semana estaría aquí”, muy del uso de otros jugadores que no han pasado a la historia más que por problemas extradeportivos. Porque, en este caso, los visados tiene una peculiar “vida propia” que hace que un día estén resueltos y al día siguiente no lo estén.
Como era de esperar, el equipo se ha ido confeccionando sin contar con Mariño. Tras la renovación de Tote, la incorporación de Morán y, por última del colombiano Abel Aguilar, la plantilla está casi concretada mientras que Mariño ha visto que las puertas del Hércules se le han cerrado. La paciencia es una buena virtud pero hasta cierto punto y ese lo ha superado el internacional peruano con creces. Poco importa ya todo el tira y afloja; venir el peruano sería tratar de meterlo con calzador entre excompañeros suyos de la temporada pasada y que llevan cerca de tres semanas entrenando para que este jugador aparezca cuando le interese. Es cierto que el jugador medio se ha complicado su trayectoria, le obligará seguramente a seguir jugando con su equipo en Perú o buscar una cesión a otro lugar pero lo que está claro de estos tres meses es que le han dado un portazo desde el club.
Apunte La verdad es que podría dar para un artículo pero el asunto Messi va camino de un serial en el que el club pagador es el “tirano” y el jugador que se va es la “víctima”. Teniendo la razón el club culé, su mayor error sería obligar a frustrar el sueño de su máxima estrella, una persona que, por muy comprometida con el club, se la tendrá jurada…y la venganza es un plato que se sirve frío.