Cuando Florentino Pérez anunció su dimisión, el Hércules estaba iniciando su particular vía crucis con esos dos partidos suspendidos y ningún aficionado herculano tenía presente alguna relación entre una dimisión y su equipo; menos relación le encontró cuando su sucesor, Fernando Martín anunciaba que seguiría hasta el 2008. Cuando al final, el presidente accidental "cayó del burro" y decidió que habría elecciones al final de la temporada, los herculanos estaban sufriendo otra rachita de las habituales- derrotas ante Lorca y Levante- y no estaba para mirar en otros lados. La marcha de Subirats, cesado en Mallorca a un día de jugarse el Valencia un partido importante, ya era algo más cercano puesto que los rumores de su marcha eran conocidos por sus discrepancias con Quique Sánchez Flores y con Juan B. Soler y se daba por hecho que el regreso a Alicante era factible... hasta que las famosas elecciones del Madrid han irrumpido en la actualidad herculana hasta el punto de tener que vivir, el próximo 2 de julio, una "noche electoral" de órdago, a la espera que gane cualquier persona que no tenga en Subirats a su director deportivo. Cosas del destino, un equipo que, en teoría, no debía de importarle lo que ocurra a más de 400 kilómetros, debe esperar.
Aunque no se puede ni debe impedir que una persona mejore profesionalmente, cuando se firma un contrato se espera un mayor grado de profesionalidad. ¿De qué vale la presentación de ayer si dentro de un mes está fuera porque ha ganado su candidatura en el Real Madrid?. Como bien se decía ayer en Ràdio 9, la célebre cláusula de rescisión poco importa si Subirats abandona en los primeros pasos de la planificación. Aunque no es la primera vez que se planifica tarde la temporada, no es el camino a seguir en un club de fútbol. Con todo, el regreso al Hércules estaba cantado desde hace tiempo, incluso antes de su cese en el equipo ché. Sus primeras decisiones son esperadas: el tema Rodri y su continuidad- sonó que Subirats impuso su permanencia en el cuerpo técnico-, la continuación de Bordalás en el banquillo dependerá del valor que le dé Subirats a la opinión de Ortiz, deseoso de que siga el actual entrenador y, por último, la limpieza del vestuario en la que ha de ir a la par con el mister ya que es quien debe de tratar en el día a día. El herculanismo espera que esta segunda época sea algo más equilibrada que el anterior período.
Apunte Por cierto, la sombra de Granero sigue al nuevo director deportivo herculano. Se rumorea que tiene una opción diferente a la de Bordalás. Del nombre que sea elegido, se puede esperar desde "cielo despejado"(unanimidad de acuerdo con el nuevo técnico) a "tormenta"(alguien del que no se puede esperar más que descalabro).