Hace unas semanas escribí un artículo en el que trataba sobre los gritos simiescos de algunos llamados "aficionados" a los jugadores de color. En aquel momento decidí defender a esos miles de aficionados a los que los tabloides ingleses llamaban "racistas" cuando sólo asistieron al partido, no profirieron grito alguno y sólo se dedicaron a animar a España. Desde entonces hemos asistido a una "moda" desagradable que Eto'o quiso cortar de raíz pidiendo a los medios de comunicación que dejasen de dar publicidad a esos sujetos. Él, más que nadie, sabe que esta afición española tiene poco de racista y que dar cancha a esta gente no genera nunca buenas noticias. Los "graciosos" de turno son así, les da por una moda y no pararán hasta que esa historia del uh, uh, uh vaya cesando en los medios. Vamos, cuando no sea algo que esté de moda. De infame moda, claro.
Sin embargo, desde altas instancias gubernativas- el Consejo Superior de Deportes- se ha decidido ir a por el chivo expiatorio y, para eso, han escogido a Luis Aragonés por aquellas expresiones nada afortunadas a Reyes como "culpable" de todo lo acontecido desde entonces. Nada importa que tenga un curriculum de más de 700 partidos en 1ª, que haya entrenado a jugadores como Eto'o, Donato, Engonga. No. Para los "Sun" o los "Daily" les basta una conversación para llamarle racista y crearle un circo. Por desgracia, es posible que la Federación ceda al CSD y le abra expediente con lo que la dimisión de Luis Aragonés no tardará en llegar a la mesa del recién reelegido Villar. Ya sabemos que el "sabio de Hortaleza" no es de los que se aferren al banquillo sino que se va en cuanto no se siente cómodo y ésta es una situación que es incomoda.
Otrosí. Lo único positivo de esta historia ha sido la sanción que les ha caído a algunos aficionados del Albacete por proferir este tipo de gritos y que les impedirá el acceso a cualquier recinto por unos cinco meses. Ese es el camino a seguir: el de las sanciones a las personas sin afectar al resto de la afición