jueves, febrero 06, 2020

Alea jacta est

Terminó el mercado de invierno, esa última ventana para acabar la temporada y que ha resultado altamente decepcionante, visto lo que se ha ido y lo que ha llegado. Es cierto que cosas más raras se han visto y que este equipo(y club) es tan cósmico que funciona cuando “se alinean los astros”. Sin embargo, este enero ha sido un permanente eclipse solar. Pero, oye, nunca se sabe lo que puede pasar en estos partidos que quedan hasta que llegue a mayo con su sentencia.

Suelo ser, a veces, proclive a sentimientos negativos en lo deportivo porque muchas experiencias del pasado me enseñaron que las euforias se acaban pagando y duro si no se acaban concretando. ¿Quién no recuerda ese final de temporada de “los 78 puntos”?. Soy más dado, pues, a asumir cuanto antes el mal resultado; si luego, se gira 180º y se logra algo bueno, me alegraré enormemente...y, si no, estaré “preparado” en lo anímico. Además, he vivido muchas situaciones como ésta porque, como algunos saben, uno siente tambien otros colores y esos también suelen sufrir momentos terribles de forma más o menos periódica. En muchos casos, eran primera vueltas dantescas que luego se resolvían con dos- tres victorias que convencían a la plantilla de la gesta y se acababa superando el peligro. También es cierto que la renovación era clara y precisa.

Sin embargo, esta temporada pinta mal. En verdad, creo que olía mal desde julio y, desde esas fechas, se ha ido larvando un pésimo ambiente dentro y fuera del club, llegando incluso al reproche desagradable entre aficionados (sobre el devenir deportivo, luego está lo “otro”). Ha sido un ambiente turbio y que ha hecho de los partidos en Alicante un run-run constante. Un permanente ajuste de cuentas sobre la figura del entrenador que se sentaba en el banquillo.

También será un “alea jacta est” en lo institucional. Cuando el resultado no va, se mira para el palco y vuelven a brotar todo lo que se quiere echar en cara. Nunca lo reprocharé porque entiendo que el enfado es justo por el devenir de un equipo que, ni siquiera, ha tenido la opción de disfrutar del buen inicio del filial en tercera división. Se vuelve a recordar el estado del estadio, la falta de instalaciones deportivas, los “detalles” y todo lo que ha implicado la gestión de estos años(los veinte de Ortiz, los tres de los anteriores propietarios). Surgen los debates sobre la propiedad del club, se realizan manifestaciones,etc. Ahí, cada uno tendrá sus valoraciones. Yo reconozco que no soy partidario de esas actuaciones pero entiendo e, incluso, puedo aplaudirlas.

Creo que Ortiz no es ni Lopera ni Gil, personas que hicieron daño a su equipo pero que le veías que sufrían si le creaban mal ambiente alrededor del palco...mientras que la persona que maneja las cuerdas blanquiazules se sentiría feliz si no acude al palco. No le genera dolor dejar de acudir.

Les voy a contar una historieta y verán lo que a mí me gustaría. Ya saben lo que sonó de las protestas en Santander contra Pernía y Lavin. Lo que no trascendió mucho es que un abogado cercano a una asociación de pequeños accionistas estuvo pendiente de la situación de la empresa de Aly Sied y, cuando vio que estaba intervenido judicialmente, logró que el administrador destituyera al hindú y a los dos que dirigían al club. Aunque accionarialmente puedan ser diferentes Hércules y Racing, lo que digo es que se trabaje también en ese campo. Tengo muy claro que Ortiz dejará un cuerpo muerto “si deja las llaves”.

Y llega la tercera pata del asunto: el relevo. Si no se consigue que pague la deuda(si recuerdan, digo que suelo tender al pesimismo), hay que encontrar alguien que pueda gestionar con un buen pulmón económico porque hay que abarcar tanto el día a día del club más el pago a acreedores. Ojalá que se encuentre ese mirlo blanco.

Apunte. Aunque el C.D.Mirandés ya había logrado la gesta de llegar a semifinales a doble partido en la temporada 2011/12, eso no le quita ni un gramo al hito de esta temporada tras eliminar a tres primeras(Celta, Sevilla y Villarreal) en Anduva con cierta solvencia.