Son
muchas temporadas que he vivido así con mis equipos. Nunca creo que
veré ganar un título de liga-alguno de segunda sí- pero son muchas
temporadas que he visto una secuencia similar a la de este año. A
veces, afortunadamente bastantes, se ha logrado salvar el escollo con
una reacción importante pero, en otras ocasiones, se produjo el mal
resultado. He llegado a ver hasta diez descensos entre mis equipos,
diez desastres a los que se llegó de diferente manera: “se cae al
final de temporada”(1985/86,2010/11), “se cae desde el principio
y no se remonta totalmente”(1996/97, 1987/88, 1998/99, 2013/14). El
recuerdo es mejor para la temporada 2012/13, mucho mejor para la
1990/91 o la 2003/04. Como “periquito” guardo recuerdo de la
temporada 1991/92,2003/04 o 2008/09. Como cordobesista, el recuerdo
apunta a las dos temporadas anteriores al descenso de la 2004/05;de
hecho, esa temporada de descenso fue una remontada brutal pero el
inicio fue tan malo que fue un “nadar para morir en la orilla”(de
una desventaja de trece puntos a un punto de la permanencia).
La
situación ahí es compleja. Juegas atenazado ante rivales que saben
que solo tienen que esperar al fallo seguro y golpear. Son equipos
que necesitan ganar y eso se percibe en cada uno de los jugadores.
¿Un equipo de promoción no necesita ganar también? Es diferente,
hay confianza y una inercia positivia que hace factible que esa
necesidad se acerque al placer de ganar. En los equipos de abajo es
normal darse con situaciones de euforia esporádica pero que es
fundamental mantener porque una recaída es mortal. Abajo, tienes que
lograr una determinada regularidad. Estimo que si un equipo logra
tres buenos resultados consecutivos, la recaída es menor porque el
equipo ya ha conseguido cierta confianza para aguantar un escollo.
Como “periquito”, aún recuerdo un siete(91/92) que se recibió
en el Santiago Bernabéu en mitad de una reacción para salir de
abajo y apenas se notó el varapalo porque el equipo ya se había
acostumbrado a que era factible...pero que eran dos puntos sin más.
El equipo ya había cogido ciertos resultados positivos de forma
continuada y siguió logrando buenos resultados. Para salir de ahí,
aunque sea de perogrullo, es necesario tres-cuatro partidos
consecutivos con muy buenos resultados para que una derrota no marque
el ánimo de los siguientes partidos. Como periquito, la victoria de
ayer ante el RCD Mallorca era fundamental para apuntalar una reacción
que se había vislumbrado con el empate ante el Barça y la victoria
en Villarreal...pero, sobre todo, no volver a las andadas con un
tercer partido consecutivo sin ganar en liga.
La
derrota en Los Arcos, con una buena trayectoria previa, hubiera sido
dolorosa pero subsanable. Lo peor de ayer no fue la derrota, fue
hacer añicos la buena imagen que se habia dado en Sabadell. La
sensación que, para los jugadores, es un volver a la casilla de
salida cuando una victoria en Orihuela casi podría dar por hecho
ganar al próximo rival en el Rico Pérez porque los jugadores
habrían empezado a creer en sí mismos. Perder ayer de esa manera,
con un resultado evidentemente corto(fácil 3-1 ayer y no 1-0) da una
imagen en el que la recaída es más brutal que el repunte de la
semana pasada. Me dirán posiblemente que Falcón salvó el empate un
par de veces en la segunda parte de la Nova Creu Alta y no lo
niego...pero era el líder y, dentro de los que cabe, se espera ese
acoso. La derrota de ayer es de las que cuestan recuperarse, de las
que recuerdan a, por ejemplo, esos 5-0 de San Mamés y Ramón Sánchez
Pizjuán en la temporada 1996/97, cuando el equipo había ganado
varios partidos antes y el palo de la manita era la entrada a una
racha mala y condenatoria.
Apunte.
Hay que reconocer la buena temporada del S.D. Ponferradina esta
temporada. En mitad alta de la tabla. Ello me lleva a recordar como
el Alicante CF de Bordalás cayó ante el Lorca Deportiva de Unai
Emery en 2005...y quizás preguntarse si la mala suerte fue cruzarse
con Jon Pérez Bolo como entrenador rival.