domingo, febrero 23, 2020

Despedidas

Tengo que reconocer, que mi primer impulso, después de la Gala de los Oscars, era haber llamado a este artículo “Parásitos”. Pero quizás, la película que más se adapta a mi estado de ánimo, en este momento sea “Despedidas

No me considero una persona “friki”, o no enteramente friki, pero sí me permito el lujo, de dar estos bocaditos de cine oriental que, no es que trate temas muy diferentes, a los que puede tratar cualquier otro tipo de cine, pero sí lo hace, desde una perspectiva, y una sensibilidad que lo hace especial.


Despedidas”, como supongo que muchos de ustedes, no la conocerán, trata de un violonchelista, que pierde el trabajo en su orquesta, y se ve obligado a regresar a su ciudad natal, aceptando un trabajo de funerario, que se ve obligado a ocultar, para no sufrir el rechazo de su comunidad. Incluso él mismo, en un principio, reniega de su propio empleo, hasta que comprende, que su trabajo consiste en devolverle a la familia del difunto, el recuerdo del ser humano que perdieron.

Algo así, quiero para el Hércules.


Igual, no podemos evitar que descienda; o que desaparezca, pero quiero que alguien, le devuelva su aspecto “humano”, antes de que ello suceda.


Durante estos años, de continua autodestrucción, el club que conocieron nuestros padres, nuestros abuelos, se ha convertido en una máquina de egos, una casa de intrigas y conspiraciones, en una máquina de picar carne en el banquillo…y en la grada. Y estoy harta, y cansada, de sentir que voy sólo a despedirme, a cada partido que acudo, de un club que ya no reconozco. Puedo asumir que el club desaparezca, no deja de ser ley de vida, pero no que el olor a putrefacción corrompa cada rincón del estadio, de la Institución, que merece algo más, que el final que está teniendo.