martes, noviembre 26, 2019

Veinte años...


En estas fechas, hace veinte años, llegaba Enrique Ortiz Selfa al Hercules Club de Fútbol. El club estaba en los últimos coletazos de la propiedad anterior, que había llevado al club desde primera división hasta segunda B en dos años y unos meses de impagos de la plantilla. En las vísperas de un Racing de Santander-Hércules en la Copa del Rey 1999/2000(en la ida, 0-0) se terminó de gestar el cambio de propiedad de un equipo camino del naufragio. El mismo empresario había sido traído para arreglar una institución camino de la deriva deportiva y económica; para más inri, reconocía que no le gustaba el fútbol. La primera decisión fue designar a José Enrique Carratalà como presidente del club, cargo que éste ostentó hasta 2004. Las primeras gestiones resolvieron el bloqueo del sponsor “Costa Blanca” de la Diputación de Alicante que, a partir de ese momento, pudo lucirse en las camisetas del equipo. Desde entonces, el club ha vivido veinte años en consonancia con lo que siempre he pensado de la persona que, directamente o indirectamente(últimos años), lleva el mando de la institución blanquiazul: una permanente noria de emociones que hace que el equipo lleve una trayectoria errática. Muy a su pesar, su mayor error en estas dos décadas ha sido no acertar las personas que podrían ayudarle en este recorrido por el mundo del fútbol. Muchos son los que reconocen que nunca ha estado bien asesorado y ha tomado decisiones erróneas.



¿Ha perdido dinero en el Hércules CF? Es una pregunta que, en términos absolutos, puede ser difícil de responder. Muchos dirán que ha obtenido indirectamente otros beneficios(contratos con las administraciones como punta de iceberg); en términos relativos, sí ha perdido por no haber adoptado otro tipo de gestión más cauta, más acorde con lo que se espera de un empresario de supuesto éxito. He distribuido estos veinte años a través de varios conceptos evidentes de un equipo de fútbol: deportivo, económico y social-institucional. En algunos aspectos, lo deportivo y lo económico han ido ligados pero, con todo, creo conveniente separarlo aunque se indique esos puntos durante ambos textos.



DEPORTIVO  

Que un club lleve un año en primera división en dos décadas es muy doloroso; que lleve once años-y camino de doce sumando esta temporada- en segunda B en el mismo período es más dantesco. El aficionado blanquiazul ha contado con escasos momentos de alegría absoluta en estas dos décadas; incluso algún éxito está manchado y eso tampoco ayuda. Los escasos momentos, eso sí, han sido bonitos pero, en algunos casos, se ha pagado bien caro y ahora estemos viendo el resultado de esos buenos años. Así, la temporada mítica de los 78 puntos también fue la de los ocho millones de déficit; la del ascenso ya fue a trece millones y ya la de primera fue apoteósica con 28 millones de euros. Un año en la élite, casi medio, tirado por la borda.



Si el club destacaba antes por un cortoplacismo, el periplo de Ortiz sigue en esa estela. Pocas temporadas(2003/04,2007/08 a 2009/10,2011/12 y 2018/19) han acabado con el mismo entrenador que las empezó, siendo lo habitual el relevo en el banquillo;al igual que como ocurría antes de su llegada, es justo reconocer que, en muchos casos, el relevo se gritó desde las gradas. La dirección deportiva ha seguido la misma línea que nos lleva a segunda B. Personalmente, las dos temporadas en las que se hizo un diseño diferente desde los despachos han acabado mal: Eduardo Rodríguez se fue antes de empezar(2003/04) y Sergio Fernández vio boicoteado su trabajo desde cierta decisión(2011/12 y fin en junio de 2012). Por lo demás se ha recurrido por lo sencillo, a por el talonario y el “nombre”. En muchos casos se ha acudido a jugadores reconocidos que, en determinados casos, han dado resultado(Farinós o Tote, por ejemplo) pero en muchos casos no han dado el rendimiento esperado.



Respecto al fútbol formativo tenemos un filial que alcanzó la tercera división en dos temporadas(2003/04 y 2019/20) pero demasiados años ha estado en regional preferente; el Juvenil A, tras unos años estables en División de Honor, ha cogido la mala senda de ascensor y eso que Ortiz llegó poco después de ser campeón el Hércules CF en su grupo. La subida de jugadores al primer equipo ha sido errática y según la valentía del entrenador.



Respecto a campos de entrenamiento, la nada salvo el breve período de funcionamiento del campo de entrenamiento de Fontcalent, éxito y fracaso de la gestión de Ortiz.







ECONÓMICO 
 

Es irónico pero, cuando llegó al club en 1999, acertó al diagnosticar el problema del Hércules: jugadores con contratos largos y cuantiosos en segunda B. Habia “heredado” la gestión de los anteriores propietarios y fruto de ello, dos meses después, acudió por primera vez al procedimiento concursal(en aquellas fechas estaba el término de suspensión de pagos). Fruto de la diferente legislación deportiva y comercial(el proceso concursal impone unos plazos determinados y diferentes de los deportivos) pudo solventar el problema del 31 de julio de 2000 con unas negociaciones duras con los jugadores y solventándose casi en las primeras horas del 1 de agosto de ese año. Ese acierto que comentaba saltó por los aires cuando fichó a Txutxi, central del CD Badajoz, en diciembre de 2001: contrato largo y caro para segunda B. En 2003 “cerró” por primera vez el grifo y la contratación de Eduardo Rodríguez como director deportivo tuvo el inconveniente de auténticos problemas para fichar jugadores...hasta que pasó lo del ascenso del filial de 2003. Ahi, vimos una de las caras de Enrique Ortiz cuando pasó de cerrar el grifo a abrirlo de forma exagerada: “Nano”, que tanto le costó a Rodríguez, lo logró Javier Subirats un mes después. Cuando el constructor veía críticas hacia él giraba 180º y trajo a jugadores que antes eran negados. Volvió a repetirlo en 2009 cuando la espantada de Mandiá trajo a Esteban Vigo, que había ascendido al Xerez a primera. En 2003 realizó otro procedimiento concursal mientras hablaba de comprar el estadio José Rico Pérez, municipal y con el Alicante CF de coinquilino.



Fueron años de déficit tras déficit considerable pero, a partir de 2007 hasta 2011, fue un continuado desmadre. El tercer procedimiento concursal , el de 2011, sí fue serio y aún se siguen sufriendo los efectos tanto con Hacienda como con acreedores privados. Capítulo aparte fue el célebre aval obtenido en 2010 para un préstamo de 18 millones de euros. Obtención con diversas contragarantías, que se incumplió casi al instante y tampoco tuvo el destino esperado(en principio, solventar las deudas con Hacienda en esa época). Desde mediados de esta década persiguió al Hércules un expediente de recuperación de ayudas ilegales por un importe cercano a los 7 millones y que, milagrosamente, parece haberse solventado bien. Desde 2012 hasta 2018 se ha seguido, más o menos, un cierto nivel de respeto a las cuentas y que ha sufrido, en los últimos años , un incremento del déficit producto de una mayor apuesta por salir de segunda B, sin resultado. La gestión económica ha sido errática y eso se ha pagado en el terreno de juego. Resulta irónico que los peores años económicos coincidieron con el mayor disfrute en las gradas. ¿Ha aportado Ortiz a fondo perdido? Se podría decir que sí. De hecho, constan unos 14 millones aportados a compensar pérdidas y que no suponen deuda alguna, a diferencia de la deuda subordinada que tiene el club con el constructor que, en la actualidad, está capitalizando las deudas generadas en estos ejercicios últimos, aumentando el capital social, con lo que ello implica...y no en detrimento de la tesorería(lo de convertir deuda en acciones).



SOCIAL-INSTITUCIONAL


Respecto a lo social, destacaba por la nula presencia en actos de la ciudad salvo pequeños lapsos temporales(ascensos o casi ascensos, mayoritariamente). Quiero mencionar aquí la actividad de Herculanismo(2002-2005) y Herculanos(2005-actualmente) cuando han colaborado juntos, aportando la inspiración al club en determinados momentos. También hay que felicitar por la labor con el equipo de Paralímpicos. Con todo, les sigue faltando una cierta continuidad, porque cuando hubo “divorcio” entre el club y las mencionadas asociaciones, se volvió a apagar la presencia del club en la ciudad.



En lo institucional, los problemas han sido mayores en función de lo que implicaba la institución en cuestión: a efectos de pagar, lo del Hércules con la Agencia Tributaria ha alternado momentos de malas relaciones con acuerdos a regañadientes; igualmente, si hablamos de la Tesorería General de la Seguridad Social o cuando hablamos de Ayuntamiento en lo referente a pagos de impuestos. Lo que sí es cierto es que el club se ha “beneficiado” de los tejemanejes en momentos determinados y que tienen por cumbre el famoso aval de 18 millones del IVF en 2010-aunque no hay que olvidar que el primer culpable es el que otorgó un aval de más de 80 millones al Valencia CF-, o lograr los patrocinios de “la palmerita”(Consellería de Turismo).



A destacar el período entre junio de 2015 y...junio de 2016 contra el Ayuntamiento cuando estuvo Gabriel Echávarri como alcalde. Tras una afinidad mayor desde 1999-realmente, desde antes porque ya contó Ángel Luna contó con el empresario para patrocinar al equipo femenino de balonmano-, ese período con el alcalde socialista fue un continuo vaivén de desencuentros hasta que acabó entrando en el palco.



En todos los terrenos, la actitud ha sido errática, capaz de mostrar una cara y la contraria en un corto espacio de tiempo casi por “el que dirán”. Ya hemos mencionado la llegada de Subirats, otro ejemplo es el terremoto de septiembre de 2011, cuando Perfecto Palacio lideraba el proyecto y esa Junta de Accionistas nombró a Carlos Parodi como consejero delegado, cuando Perfecto lo quería ver fuera: dimite parte de la directiva que estaba desde mayo de ese año y, a la par, Sergio Fernández y Juan Carlos Mandiá pero, en el caso de los técnicos, se consigue frenar la espantada con un compromiso de Ortiz de no injerencia...que se rompe nueve meses después. Luego se trae a García Pitarch en un mismo giro como el de Subirats nueve años antes.

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¿Se podría haber hecho mejor? Hombre, posiblemente sí...pero tampoco nos olvidemos que una gestión estilo CD Numancia aquí sería mal recibida, donde se aplauden otros proyectos de mucho talonario con pocos ingresos y la“guinda en el pastel”, lo que siempre se le ha pedido a Ortiz desde el entorno alto(medios de comunicación) y bajo(aficionados en la grada).