Marcharse
del estadio con una sensación de “se ha quedado corto el marcador” por parte del equipo visitante es algo doloroso. Más cuando se
repite eso como hace dos semanas ante el Lleida Esportiu(1-1). En
ambos casos, fueron veinte minutos grotescos en los que se perdió el
balón, en los que los jugadores estuvieron atenazados y el rival
llegaba a oleadas a la meta de Falcón y casi lo convertía en
internacional. Ayer, el golpe fue demoledor por la pérdida de dos
puntos en el último segundo pero Santa Faz no pudo hacer más ante
dos palos previos, varias paradas anteriores del guardameta
blanquiazul. El equipo rival, aunque joven, olió sangre y fue
aumentando la intensidad hasta lograr la igualada. Lo peor, con todo,
hubiera sido una victoria porque hubiera sido engañosa. Aunque
muchos dicen que, en el triunfo, es más fácil entrenar, creo que el
futbolista necesita ser agitado por cosas como ésta-perder dos
puntos en el último instante- para “ponerse las pilas” de una
vez por todas.
Porque
ayer, a diferencia de hace dos semanas, no hay un remate “que pudo
ser el 2-0”. Casi desde el gol de Jona no hubo nada más a nivel
ofensivo. Ni Benja, ni unos desaparecidos Carlos y Alejandro Alfaro
mostraron un nivel de ataque suficiente para aprovechar la ventaja.
¿Y Moha?Pues el extremo, aparte del pase a Jona, fue objeto de
mofas, directamente. Seguro que recibiría pitadas pero, en mi
entorno, casi ya era la mofa deportiva cada vez que empujaba
torpemente al lateral o se encaraba. Estar escuchando parecidos con
Thomert(cosecha mía) o con Sarpong iba más en la línea despectiva
del que casi nada hacía y lo poco, era errado. La culminación llegó
con el cambio de Olmedo en el minuto 38 de la primera parte, un golpe
bajo al canterano, señalándolo como culpable de su permanente
planteamiento de jugar con Yeray y Fran Miranda, un centro del campo
que genera muy poco fútbol. Las críticas de la grada al entrenador
se multiplicaron por este gesto que era muy de Jémez pero no de él,
más proclive a tardar mucho con los cambios. Eso acentuó la
injusticia que, para muchos, es una cruz para el canterano.
El
efecto se va apagando con el paso de las jornadas. Decía a lo largo
de varios tuits que me empieza a recordar a Claudio Barragán cuando
llegó en 2017, ganó unos primeros partidos al principio pero luego
se hundió(1v-8e-2d en los últimos once partidos) hasta ser cesado
tras empatar con el CD Ebro en la jornada 25. Tuvo que llegar Visjnic
para medio enderezar el equipo y cortar una deriva que le hizo perder
puntos ante el Olot(0-1 a 1-1), Alcoyano(1-1 a 1-2) y Cornellà(1-0 a
1-1) en los últimos minutos de esos encuentros con el técnico
valenciano. Pero lo que se está cayendo también es el fútbol,
convirtiendo un partido como el del Barcelona B como un espejismo,
donde salió todo y ya está. La realidad del Hércules es más
cercana a estos tres partidos pero, no nos olvidemos, cuando ganó en
Cornellà ya sufrió al final del partido.
Apunte
Por Córdoba se apunta la oferta de un fondo de inversión de Bahrein
para hacerse cargo del equipo y mejorarle esas cuentas bancarias, con
dos en descubierto y la otra con 400 euros. El peligro es el que es
ante otro futuro propietario.