lunes, septiembre 16, 2019

Herculanos Civil War


Al día, y momento de escribir este artículo, se ha hecho oficial la destitución de Lluis Planagumà como entrenador del Hércules.


La verdad, es que podría haber llamado este artículo de muchas maneras, y haber tratado muchos temas. Lo podría haber llamado “El escorpión y la rana”, por esa tendencia autodestructiva, que se prolonga, y repite en el tiempo, y que no afecta a una sola directiva, que tiene el club, de negarse algo de estabilidad, ya sea institucional, deportiva, o ambas al mismo tiempo. Pero ese artículo, me temo que ya lo he escrito más de una vez. También lo pude llamar “La Conjura de Catilina”, porque el mero hecho de no haber conseguido el ascenso frente a la Ponferradina, aunque decepcionante, no justifica la reacción furibunda, e incluso visceral, de parte del “entorno”, ante este hecho;  ni la bajada de rendimiento, que tuvo su punto álgido, el pasado domingo frente al Sabadell, de una plantilla que al 80%, es prácticamente la misma, que la que quedó segunda la temporada pasada…y que haya una dirección “bicéfala”, cada una con sus intereses, tampoco ayuda mucho a serenar esos pensamientos…tampoco tengo la sensación de estar escribiendo nada nuevo.


Así que ahora que están de moda esos culebrones (porque son culebrones), de superhéroes, cada vez que me meto en un berenjenal, por esos “twitters” de Dios, me viene a la mente el rifi rafe, que tuvo Batman con Superman; o ya el lío monumental de Los Vengadores, que de repente, te los ves luchando todos contra todos, y no sabes muy bien el porqué, ya que se supone que todos buscan la paz y la justicia y bla bla bla.. con la única diferencia de que cada uno lo hace a su manera.


Alguien dijo, que de todas las cosas que no tienen importancia, el fútbol es lo más importante, y puede que sea verdad, porque partiendo de la idea (algo ingenua, lo sé), de que todos los Herculanos, queremos lo mejor para el club, parece una cuestión personal (porque se llega al insulto personal) que tal entrenador no siga; o que tal entrenador coja el mando. No lo entiendo. Cada persona tiene su visión del fútbol y de una situación, y no por ello se es cómplice de nada, ni “primo” de nadie. Y aquí estamos todos contra todos, cuando se supone (algo ingenua, lo sé) que queremos es lo mejor para el club.


Y, ahora , voy a dedicar unas líneas a todo lo acontecido.


Creo que, una vez, que la mano de Bruselas, se ha abierto para dejarnos respirar, hemos perdido una ocasión única, para hacer un proyecto a uno, dos, o los años que hicieran falta, para subir, y perdurar en la élite. Porque para permanecer en el fútbol profesional,  hay que tener una estructura, que se apoye sobre bases sólidas y estables, y por eso, este club, mientras no solucione eso, podrá subir, pero nunca perdurar en una categoría profesional. En el Hércules, pueden más los egos, que la entidad. Igual Planagumà ya sabía esto de antemano, y erró renovando,  a pesar de que el haber llegado a la final del Playoff, le avalaba para seguir. Su proyecto nació inviable desde el principio, y sus desavenencias con Portillo, ya ocupaban las páginas de los diarios locales, durante el transcurso del verano, pero es lo que tiene tener el apoyo de papá; aunque tengas la guillotina de mamá preparada, y casi con el sustituto preparado, que a veces te sientes capaz de librar una batalla, que no sabes si vas a poder ganar.


 La brecha que se ha abierto, no es sólo deportiva ; sino social, y la lectura que se va a hacer del que venga después de Planagumà ; y del que venga después, del que venga después de Planagumà, porque esto, ni mucho menos ha terminado, dudo mucho que se pueda hacer desde el plano estrictamente deportivo. Y mientras los Herculanos, seguiremos unos contra otros (quizás en otro tiempo fue así, pero siempre he pensado que lo de “Todos juntos y en armonía”, del himno, era una broma del letrista), mientras en nuestra inconsciencia, le hacemos el juego a esa “Hydra” que dirige el club. Macho Hércules