viernes, marzo 08, 2019

Silbatos y los pasos por dar

Este fin de semana va a ocurrir algo anecdótico que, quizás, requería de algún paso más: en los partidos de Primera,Segunda y Liga Iberdrola veremos a los colegiados con un silbato violeta. Un hecho puntual que podría haber tenido más fuerza si la RFEF y los clubes hubieran accedido a ampliarlo. Teniendo en cuenta que hoy, 8 de marzo, se juega un partido de la Primera División sería un buen gesto que sea una mujer la que arbitre en el terreno de juego. Sería fácil recurrir a la lista que la RFEF tiene de las colegiadas y escoger a la primera...o la segunda; ese matiz se debe a que la número 1 según la CTA y RFEF es Ainara Andrea Acevedo es del colegio catalán y no podría arbitrar ya que uno de los contendientes es el Real Club Deportivo Espanyol; por tanto, habría que elegir a Marta Frías Acedo, del colegio aragonés. Para más inri, supongo que los dos clubes no pondrían pega porque sus secciones femenina han logrado títulos para la entidad y lo entenderían que el hecho simbólico debe ir más allá de un simple silbato. Más allá se podría ir a un "cruzado" por el cual el mejor árbitro posible para la final de la Copa de la Reina y...la mejor colegiada para la final de la Copa del Rey. 

Queda en el recuerdo algunas pioneras dentro del arbitraje, aunque posiblemente, los de aquí recordemos a Carolina Domenech, colegiada de comienzos del siglo XXI que acabó retirándose poco después de cierto hecho que, personalmente, creo que le pesó para subir a segunda división. La "vinculación" con el Hércules y Alicante empezó un partido en el que ejerció "cuarto árbitro" en un Hércules CF- AD Rayo Vallecano en la temporada 98/99, en segunda división. Poco después, ya se la encontró en los terrenos de juego: fue un Hércules CD-CD Yeclano en la temporada siguiente ya que el descenso a 2ªB del equipo alicantino hizo que se encontraran varias ocasiones más:el mencionado partido con el equipo murciano, el de UB Conquense en la temporada 2000/01, ante el CD Vecindario y Terrassa CF en la 2001/02 y finalmente, en la 2002/03 en un Hércules 2-1 Nàstic de Tarragona y el último partido ante C.d'E. Sabadell. En cuatro temporadas arbitró un partido de promoción de ascenso menos la última temporada; quizás eso le acabó por minar la moral definitivamente y lo dejó. ¿Por qué? Porque la promoción de ascenso también suponía que el árbitro designado también podía optar por subir y, en esa temporada 2002/03, no recibió ninguna designación para la promoción de ascenso. Ese partido en el Olímpico de Terrassa, una temporada antes, creo que laminó, a la vista del observador, sus posibilidades: su valentía para expulsar a Hammouch en el 23' se pudo esfumar cuando expulsó a Romerito en un penalty que, como mucho, pudo ser riguroso. Supuso, creo, la cesión a la presión de la grada por la expulsión anterior del jugador local. Como ven, un fallo que pudo minar a cualquier compañero árbitro. Que no pudiera subir fue suficiente para una persona que pasó a la historia por arbitrar un derby madrileño amistoso en el Santiago Bernabéu en enero de 2002.


Lo decía Paco García, entrenador del Club Baloncesto Valladolid en una rueda de prensa post-partido sobre una pregunta relativa a que el arbitraje lo realizaron tres mujeres y él dejó las cosas claras("ojalá esto no fuera noticia, creo que esa sería la buena noticia"). Quitar ese hito de excepcionalidad que, en muchos casos viene de los medios de comunicación, y dar ese rango de una noticia normal que pite un árbitro o una árbitra(según RAE). Obviamente, también será preciso que la actitud de la grada cambie, o sea, similar a la de un compañero de silbato. Y que se le aplauda o se le critique por lo que hace sobre el terreno de juego y nunca "ad hominem".

Como último, no suelo recomendar vídeos pero este programa de RTVE es interesante porque trata la figura de la mujer como árbitro recordando a Rosa Bonet, pionera allá por 1979.


Apunte Ya empiezan los enojos por la decisión de LaLiga de poner un partido a las 14 horas de un domingo. Lo triste es que se buscan mercados en detrimento del aficionado que va al estadio. No se tiene en cuenta la forma de ser española y se sigue molestando al que ocupa las gradas. Sigo creyendo que el fútbol de primera se puede estructurar en cinco-seis franjas sin necesidad de molestar ese tramo tan social-familiar.