domingo, marzo 17, 2019

La línea entre la victoria y la decepción

Un gol, un simple gol que pudo entrar en aquel remate que se estampó en el poste y acabó repelido podría haber significado el 1-0, quizás definitivo. Pero no ocurrió y el empate acabó siendo el resultado reflejado. Curiosamente, toda una semana hablando de victoria o derrota...y acabó siendo empate. El resultado, de haber ganado en Badalona habría sido bueno. Sin embargo, con superioridad numérica desde casi el principio del partido, todo lo que no fuera victoria se vería mal. Y así ha sido más unos ingredientes "extra" en forma de malos cambios.Mucho enfado y primeros pitos. La pregunta que me hago es si se habrían dado en caso de ganar. 

Empezó el partido con la resolución de una historia que había marcado la semana en forma de supuesta "microrrotura" en el sóleo de la pierna de Benja. De hecho, hasta ayer, se pensaba que iba a ser un jugador con el que no se contaría para evitar riesgos. Sin embargo, salió en el once titular con lo que dejó dudas del cambio de hace seis días. Dejó algunos momentos buenos pero casi no aportó peligro al final. La expulsión pareció beneficiosa pero lo malo que tiene eso es que, el equipo rival tiende a apretar las filas y dejar menos huecos a los atacantes que, por otra parte, les costó llegar más fácilmente. El apagón temporal enfrió los ánimos del equipo que, en los instantes finales de la primera parte se acercó con más mala intención que acierto.

En la segunda parte, cuando imperaba cierto sentido común y paciencia a la hora de gestionar las ocasiones, se decidió el entrenador por un cambio que molestó, por lo que supuso para el equipo la pérdida de Fran Miranda. La sustitución hizo que el conjunto ilerdense atacara algo más. Con todo, ese gol pudo llegar por el mencionado remate al poste por parte de Carlos Martínez o esa parada del portero ante otra ocasión de Jona y que muchos vieron dentro de la portería. El cambio de Juli y la inesperada salida de Nani provocaron los primeros gritos contra el entrenador. De ahí al final al partido hubo mucho corazón, poca cabeza; demasiados jugadores delante, mucho riesgo atrás. En adelante, nos espera una semana tensa ante la primera y clara muestra de divorcio de parte de la grada con el entrenador. Personalmente, creo que lo mejor fue que no se ganara. Esos cambios en promoción de ascenso son más proclives para un desastre que para un éxito.

Apunte. Lo acontecido durante siete minutos, tras el apagón de esos focos de la torre, desesperó a más de uno. Lo curioso es que ha habido partidos-al menos por lo visto en resúmenes donde la visión era considerablemente peor que la de hoy.