miércoles, febrero 22, 2017

Una línea demasiado delgada

Es curioso el debate que surge en relación a los "padres" de un éxito o un fracaso deportivo. Todo viene a cuenta de las críticas que recibe, un día tras otro, la dupla deportiva que dirige el club desde los despachos hasta el césped. Es curioso que la opinión sobre Dani Barroso y, posteriormente, Javier Portillo se mueva como el aire: si los resultados son buenos, "qué grandes fichajes"; si devienen malos posterioremente, "ha fichado mal". Ojo, ésto dentro de una misma temporada se ha visto en un sentido,en otro y volver al inicio.

Personalmente, considero que hay zonas de actuación separadas que no se deben pisar en la opinión:el rendimiento pasado es el que hace que un cuerpo técnico fiche a un jugador; lo que haga en el presente sólo se debe al propio futbolista y al entrenador que lo dirige en esa temporada.Cuando hablo con la gente que conozco entre el herculanismo, me mencionan que ha fallado en los tres delanteros que trae a comienzos de temporada(Fernando Rodríguez, Mariano Sanz y Berrocal) aunque yo les comento que el primero, el sevillano Fernando había marcado 18 goles en Cartagena, 12 en Lucena la temporada 2012/13 u 8 en San Roque en media temporada y no lo considero fallo de Barroso y sí de los dos entrenadores, Pacheta(4 goles) y Manolo Herrero(1 gol) que no logran darle la confianza, un estilo que le beneficie, etc.Respecto a los otros dos delanteros sí que estoy de acuerdo en que no fue acertada la contratación.

El tema es que se les juzga a los secretarios técnicos en función del éxito del equipo en el terreno de juego, considerándolo un éxito o un fracaso por el simple hecho de no entrar un balón. Son otras las valoraciones que se deben realizar con ellos, algo más relacionado con el medio y largo plazo: ver jugadores, fijar una estructura de equipo(lo que se suele decir, dos jugadores por puesto y buscar polivalencias con ayuda del entrenador) pero, también, pensar en ese medio plazo en el que simplemente se busque un mero cambio de cromos.Buscar jugadores de 2ªB, mejor que de 2ª(alguno que tuviera la capacidad de liderazgo como mucho), intentar revalorizar aunque se esté en 2ªB(¿alguien se imaginaba sacar 400.000 euros por Alex Muñoz, un defensa?). Es ver los jugadores que han supuesto un acierto(aunque insisto, eso sólo se logra con un buen entrenador), un fallo o, como comentaba en twitter, un "acierto-fallo" como fueron las contrataciones de Alex Gallar, Yeray o Álvaro la temporada pasada...y el fallo de dejarlos marchar este año.

Hay dos películas de béisbol que me encantan y que van a la perfección con el tema: el célebre "Moneyball", en el que se hace una preponderación del tema estadístico en el tema de contrataciones de jugadores(aunque hay unos fotogramas de uno de los matemáticos viendo algún que otro jugador en una pantalla) y, por otro lado, "Golpe de efecto", en el que, por el contrario, se acaba ensalzando a un achacoso ojeador de jóvenes valores que considera o no si vale la pena contar con un determinado bateador...y humillando al "estadístico". Me encantan ambas películas porque generan una unión perfecta para un cuerpo técnico. Filtrar jugadores en función de sus números( en algunos casos, su historia que explique esas cifras) y, posteriormente, ver a los jugadores en acción y contar con un amplio repertorio de posibilidades. Obviamente, habría que fijar más detalles, números de viajes a realizar,etc.

A corto plazo, un proyecto bueno puede no salir victorioso y otro malo sí(llevándonos a engaño) pero, a medio y largo plazo, acaba resultando positivo. Durante una serie de cinco temporadas(2012-2017) se ha dado la sensación de equipo poco trabajado en esta faceta y se ha acabado pagando sobre el césped...aunque, en ese aspecto, también habrá que mirar al que está en el banquillo.

Apunte Cuando el mal ambiente se instala en un estadio, es muy difícil que se acabe resolviendo pronto el problema. Es más,lo normal es que se enquiste la situación con entrenadores cesados y goles rivales imposibles que acaban significando derrotas. O se sale pronto o el descenso acaba acechando desde los futbolistas hasta la grada.