Suele decirse que el Hércules CF es el
Real Madrid, el FC Barcelona de 2ªB. Una manera como otra de echarse
presión de más encima pero, bueno, cada uno piense lo que quiera.
También es cierto que eso implica perder el sentido a una estrategia
más cabal consistente en “ir partido a partido”. Eso ha hecho,
por ejemplo, despreciar a un conjunto como la Pobla de Mafumet, que
si bien no inquietó mucho, fue creciendo en la segunda vuelta-eso
sí, hasta alcanzar el empate- y, después, defenderse con más
acierto que juego.
Con todo, el empate de ayer es
particular porque se alcanza la cifra de dos dígitos en una
determinada racha. En este caso, hablamos de los partidos sin perder.
Con el resultado ante el filial del Nàstic de Tarragona, el equipo
de Manolo Herrero alcanzó los diez partidos sin perder con unos
guarismos de cuatro victorias y seis empates, catorce goles marcados
y seis encajados y, por último, dieciocho puntos sumados. Unas
cifras dignas si no fuera porque se está comenzando a solapar esta
racha con la de los partidos sin ganar(cuatro empates) y que está en
un tris de igualar los cinco de comienzos de esta temporada(tres
empates y dos derrotas). Y es que es llamativo que unos resultados
tales como siete victorias y tres derrotas, por ejemplo, sumarían
tres puntos más. Porque el empate, en ocasiones, es una carga, sobre
todo, cuando llega tras ir ganando(tres ventajas perdidas por un gol,
dos desventajas remontadas pero en el camino-en Paterna y Elda- y un
empate a cero en el Mini Estadi)
Eso lleva a un recordatorio de rachas
positivas en 2ªB. En varias ocasiones se había quedado a las
puertas de este doble dígito que sólo se ha alcanzado cuatro veces
a favor y una vez en contra.
En contra.
- Temporada 1989/90. Fue una temporada
de doble cara(luego mostraremos la positiva) en la que nos
encontramos una segunda vuelta bastante infame. Once partidos sin
ganar (5 empates y seis derrotas que se desplegaron entre la jornada
14ªy 24ª. Aunque luego, lo explicaremos, hubo un solapamiento de
racha positiva y negativa. No contentos con ello, tras ganar al CD
Eldense(3-0) se obtuvo una racha menor pero también de peso(cinco
empates y cuatro derrotas entre la jornada 26ª y 34ª. La
racha/renta de la primera vuelta impedió el camino a tercera
división.
A favor.
-Temporada
2003/04. Once partidos sumó Granero sin perder entre las jornada 19ª
a 29ª y que supusieron cinco victorias y seis empates. Para más
inri, se solapa con la peor racha sin ganar(jornadas 12ª a 20ª)
porque los empates en Palamós(1-1) y Figueres(0-0) terminaron una
racha negativa que casi dejaba al equipo camino del descenso y, a su
vez, dieron comienzo a la de las semanas sin perder porque hubo una
serie de resultados positivos y que, sin llevar al equipo al play
off, sí le alejaron del peligro cierto.
-
Temporada 1989/90. En esta temporada hay que explicar una cosa. Lo
normal sería decir que se queda la racha sin perder en trece
partidos pero el partido en “La Murta”, en tierras setabenses, se
tuvo que aplazar. El Hércules empató ante el CD Benidorm en la
jornada 15ª por lo que se le considera una racha de catorce semanas
sin perder(8 victorias y seis empates). Más tarde se jugó el
Olímpic con derrota herculana y, en ese caso, ese empate ante el
conjunto benidormí se transformó, entonces, en segunda semana sin
ganar para el cálculo de la racha que mencionábamos arriba. Tuvo su
momento estelar entre las jornadas tercera y séptima con cinco
victorias consecutivas.
-Temporada 2002/03. Quince semanas sin perder es, por el momento, la cifra más alta de jornadas sin ver una derrota blanquiazul. Sin embargo, las sensaciones son parejas a las actuales. Cinco victorias y diez empates entre la jornada 10ª y la 24ª,perdiendo la racha en la ciudad deportiva del RCD Espanyol por 2-1. También tuvo su racha de cuatro empates consecutivos(j.10-13) y que acabó siendo delirante con los tres empates a cero entre las jornadas 18ª a 20ª. Una racha que, además vino acompañada de los siete partidos sin encajar de Toño en la portería.
Apunte.
Mal va un proyecto social cuando sus promotores critican con injusta
dureza a los neutrales por el simple hecho de preferir ver, desde la
barrera, la evolución de los hechos. Cuando se está en la filosofía
de “conmigo o contra mí”, esto acaba siendo contraproducente.