miércoles, noviembre 04, 2015

Elda, principio del fin

Sin duda, para Portillo, Elda es una ciudad de un ingrato recuerdo que le persiguió durante toda la temporada. Nueve goles después, tuvo su ocasión de redención en Cádiz pero la última ocasión se le fue fuera y el Hércules quedaba fuera de las opciones de ascenso a 2ª. Pero aquel encuentro en el Nuevo Pepico Amat ratificó lo que era una verdad absoluta: el absoluto divorcio entre el delantero y la grada.

Muy lejos queda aquel radiante mes de junio de 2010. Eso sí,no olvidemos que aquella temporada, a la que llegó en enero, le tuvo en el disparadero durante buena parte de la segunda vuelta, especialmente, en la época en la que no había gol. En los últimos cuatro encuentros marcó cinco goles y puso ese gol camino de la primera división. Ya en la élite, su papel quedó atrás con delanteros del renombre de Trézéguet y Nelson Valdez. Sólo marcó un gol en Anoeta y nada más. No estuvo cuando hacía falta, cuando el delantero franco-argentino dejó de marcar goles al igual que el paraguayo.

Con la llegada de Perfecto Palacio, Miguel Quintanilla y, en lo deportivo, Sergio Fernández y Juan Carlos Mandiá se escenifica la salida de Francisco Javier Portillo. Nadie imaginaba lo que sucedería un año después, una bomba retardada pues ya sonaba desde enero un fuerte rumor sobre el regreso del delantero de Aranjuez. Una explosión que se llevó por delante a Sergio Fernández, a medio plazo a Juan Carlos Mandiá y, sobre todo, el inicio de un divorcio poco claro. Sonaban fuertes pitidos en las alineaciones pero también es cierto que, cuando los resultados comienzan a llegar de forma milagrosa, aparece con sus goles. En esa época era habitual las disputas entre aficionados sobre el tema de Portillo en las redes sociales. A pesar de ser uno de los salvadores de aquella temporada con sus 17 goles, el partido de Santander-además de historias de supuestos amaños- nos muestra un delantero de fallar lo imposible.

En la temporada del descenso fue, dentro de lo que cabe , de más a menos, desapareciendo en los momentos claves. Ya empezaba a costarle marcar goles por su propia cuenta y requería más de ese gol empujando el esférico a pase del compañero. Ahí terminó de cavar su tumba cuando no quiso jugar el último partido ante el FC Barcelona B. A diferencia de Peña, que sí lo disputó y se ganó todo el insulto posible de la grada, Portillo prefirió quedarse en el banquillo y escuchar los improperios. Reconozco que, en aquel momento, yo imaginaba que su decisión era porque había decidido no seguir en Alicante. Pero renovó por dos años más(el año que tenía más otro más).

En Elda ya escuchó música de viento el año pasado hasta el punto de pensar salir en los pocos días del mercado de verano que quedaban. Mas su decisión no fue esa y se quedó. Durante la temporada pasada, el divorcio se consolidó más todavía a base de risas, mofas en la grada por cada fallo que cometía en la césped. Los goles no llegaron a ser alivio para el de Aranjuez que, ni siquiera, en la actualidad cuenta con esa posibilidad. Los años van pasando y el delantero se queda atrás y eso que los cinco goles de Gato no están muy lejos para un punta. Este fin de semana en Elda tiene dos opciones, alargar su agonía deportiva o revertir esa tendencia donde empezó su declive, consciente que, ya, ni marcar goles, le salvará del pulgar para abajo de la grada.


Apunte. Otro equipo se une más a la fiebre china. El RCD Espanyol es propiedad del grupo Rastar Group. En principio, hay temas positivos como solventar cierta deuda con Hacienda; en el lado negativo, ciertas voluntades “excesivas” como pretender invertir una considerable cantidad en el mercado de invierno y que me hace recordar aquello de “salida de caballo andaluz, parada de borrico manchego”.