Desde el momento en que Manuel Gato
remataba de cabeza, a pase de Nieto, el 1-0 que daba la victoria ante
el Atlético Levante hasta la actualidad, el gol no ha aparecido por
el área rival. Cierto que Connor marcó en 2-1 en el campo de fútbol
del Lleida Esp. en Copa del Rey hace once días pero, en la
competición liguera, el gol ha desaparecido. Eso sí, como único
aspecto positivo a destacar, la extrema “eficacia” porque, con un
gol suma cinco puntos, que refleja qué números tendría de haber
estado más afortunado de cara a portería-superado por los cuatro
puntos del filial vallisolitano sin ningún gol- pero que, al menos
es positivo porque podría haber sido peor de haber marcado el filial
granota el penalty que dispuso. Un gol que, además, acentuaba la
situación que ha tenido, incluso, en pretemporada cuando los goles
herculanos llegaban desde otras líneas que no eran la delantera. Un
hecho que ya revelaba preocupación.
El problema de la escasez de goles se
extiende a un aspecto más grave como el goteo de ocasiones en cada
partido y que hacen que sea más costoso marcar a un delantero cuya
mayor cifra de goles es nueve y otro que está, no sólo con cierto
declive deportivo, es que está falto de fortuna y eso es más grave.
En esa tesitura, lo sencillo-aparte de mejorar otras líneas-es
buscar las opciones de crear un mayor número de ocasiones, sea a
balón parado, sea en jugada o en disparo desde la frontal pero que
el casillero de ocasiones en un partido ronde entre las 6-10
oportunidades de gol, como mínimo, la mitad claras y, con el tiempo,
la suerte cambiará y marcarán goles. Por el momento, aparte de no
ver puerta, tampoco es que hayan recibido buenos pases ambos
delanteros. Ojo, también ambos deben mostrar actitud para el gol, al
igual que se exige a sus compañeros.
Una vez más, hay que recordar las tres
reglas de ser primero: ganar partidos(ambición que, por momentos
aparece y desaparece como, por ejemplo, dar por bueno un empate antes
de jugarlo), marcar goles(si no hay goles, no hay victorias y no se
puede estar esperando a que el rival nos “ayude”) y, sobre todo,
crear ocasiones porque los goles suelen llevar un proceso de
elaboración más o menos rápido. No perderse en frivolidades de
saques de esquina que, como en el día del Villarreal B acabaron
siendo “contras” peligrosas, ir a lo directo. Mostrar cierto
toque con la figura de Miñano e Indiano sobre el césped(uno u otro,
claro, ya que no destacan precisamente por la labor defensiva).
Aparte de que, como se dice, la suerte hay que ganársela a pulso y
eso se hace con el mayor número de “boletos” posibles.
Apunte. Sin recriminar nada de tema de
arbitraje, lo del Real Club Celta con las expulsiones de los rivales
ya es algo difícil de superar. Tres expulsados en estas tres
jornadas, los tres al principio de cada encuentro. Cierta envidia,
sin duda.