Aunque
se pueda partir del hecho de que los futbolistas tienen que llevar adelante su
labor por la que fueron contratados, el objetivo de un entrenador siempre será
encontrar el punto de motivación para que todos los futbolistas puedan dar lo
máximo de ellos. El palo y la zanahoria son dos modos extremos de tratar al
personal aunque siempre habrá una extensa gama de colores. El palo consiste,
como su nombre indica, una actitud como la que comentaba en el primer párrafo:
exigir, exigir y exigir. No comprender que cada futbolista, como cada persona,
funciona de una manera diferente al del que está al lado. Creer que lo mejor es
tener al jugador atenazado, creer que picar en plan negativo va a sacar la
calidad o la garra de los jugadores está equivocado. Hay jugadores que, ante
esa tesitura, no logran su mejor versión que, en otras localidades y otros años…posteriores,sí logra. En Alicante estamos acostumbrados a preguntarnos porque, salvo algunos
jugadores, otros han pasado apagados por el Hércules C.F. y luego triunfan en
otro sitio.
La
zanahoria sería la opción contraria. Ser psicólogo y saber por dónde respiran
sus futbolistas. Pensar que hay jugadores que tienen una personalidad más
capacitada para responder a las exigencias que otros; pensar que hay jugadores
que tienen una personalidad diferente(aborrezco la palabra “quebradizo”) y que
responden mejor a otro tipo de motivaciones. No estoy escribiendo que haya que “mimar”
al jugador o reclamarle más apoyos desde la grada. Me refiero a incidir en su
juego, buscarle el modo de salir de una situación habitual de “no lograr
desbordar” y cambiarlo por confianza. Estar encima para lograr que el jugador
acabe desarrollando el estilo que tenía en otros clubes donde sí había rendido. Hay futbolistas en la
plantilla que realizaron su mejor juego en clubes sin exigencias deportivas
pero que, en equipos más complicados, no lograron dar más de sí. Hay
deportistas que “crecen” en los retos…y otros que se animan si no se sienten
agobiados(eso se puede observar cuando disputan partidos ante rivales de
superior nivel, ya que dan lo mejor de sí cuando saben que tienen mucho que
ganar y poco que perder). Es ese tipo de deportista, más crítico consigo
mismo, al que se puede y debe recuperar y eso sólo se hace desde la “zanahoria”.
Un ejemplo, hace tiempo, de “zanahoria” fue la carta que el entrenador del UD Horadada Antonio Pedreño, en la temporada 1992/93, dio a sus jugadores antes del partido ante el Elche Club de Fútbol…y que acabó con victoria de los de Pilar de la Horadada. Motivación, creer y trato diferente según el tipo de futbolista porque, al fin y al cabo, lo importante es que todos ayuden a sacar adelante el equipo.
Apunte Todo nuestro apoyo a la afición del Albacete Balompié ante el comienzo del procedimiento de liquidación de su equipo. Hace unos años ya fue el U.D. Salamanca el que sufrió ese camino.
Un ejemplo, hace tiempo, de “zanahoria” fue la carta que el entrenador del UD Horadada Antonio Pedreño, en la temporada 1992/93, dio a sus jugadores antes del partido ante el Elche Club de Fútbol…y que acabó con victoria de los de Pilar de la Horadada. Motivación, creer y trato diferente según el tipo de futbolista porque, al fin y al cabo, lo importante es que todos ayuden a sacar adelante el equipo.
Apunte Todo nuestro apoyo a la afición del Albacete Balompié ante el comienzo del procedimiento de liquidación de su equipo. Hace unos años ya fue el U.D. Salamanca el que sufrió ese camino.