Se suele decir que, en el servicio militar, se indicaba en la
cartilla del recluta que se le suponía el valor. Vamos, que ni se
discutía, ni se le exigía. El mozo debía mostrar ese valor durante todo
el período de instrucción . En el caso del fútbol se debería de definir
así el simple hecho de “competir”: se le supone. En sí, es lo mínimo.
¿Qué digo? Menos de lo mínimo.
Son muchas las frases de jugadores y del entrenador en estas últimas
semanas en las que se dice “el equipo compite bien”. Llama la atención
que suele ser en estas épocas de resultados negativos cuando se insiste
en ello, mas la verdad apunta en otra dirección. El equipo, en cada uno
de los encuentros disputados en este mes, se ha ido diluyendo, como si
la derrota de Riazor les dijera que no había que ser valientes, que se
fue muy osado ir a por el 2-3 y acabar recibiendo el 3-2. Desde
entonces, hemos visto partidos en los que generalmente se ha ido de más a
menos a lo largo de los 90 minutos. Incluso, en el 2-0 al Deportivo
Alavés se nos regaló a los aficionados una segunda parte digna de ser
borrada de la memoria. A partir de ahí hemos visto partidos en los que
las ocasiones escaseaban peligrosamente para un equipo al que le cuesta
demasiado marcar goles y tendiendo a empeorar con el paso del tiempo.
Aplaudiendo puntos que, en una liga de tres, acaba siendo suicida. Más
por el conformismo que por el resultado.
Desde la victoria ante el conjunto vitoriano hemos tenido una
peligrosa sucesión de cuatro empates que han ocultado una realidad tras
otra: en Eibar se empató con el único disparo en todo el encuentro. Una
semana después, el partido ante los sorianos fue para olvidar a pesar
que pudo ser el más claro de victoria en comparación con los otros. En
Jaén y en Las Palmas se comenzó por delante (con Eldin y Sardinero como protagonistas)
para acabar empatando en tierras andaluzas y perdiendo en las canarias.
Entre medias, el partido ante el Girona, donde el equipo visitante
empezó a creerse que podía ganar muy tarde, afortunadamente…o no. En
cualquiera de esos cuatros partidos debió de haber sonado la alarma ante
la inercia que llevaba el equipo. La complacencia del punto sumado
impidió que alguien diera un toque. Creo que perder en Las Palmas debe
ser positivo para poner las pilas a todos. El único punto negro es que
se siga pensando que todo es culpa del colegiado y aplaudir,
terriblemente, que hubiese sido, hipotéticamente, el quinto empate
consecutivo.
Como decía al principio, “competir” es menos de lo mínimo exigible.
Luchar, tener ocasiones, buscarlas con ahínco, crearlas a partir del
balón parado(muy escasa aportación), eso sí es lo mínimo. Luego llegará
la victoria o no, porque se jugará para contar con la suerte a favor,
pero se debe dar los pasos adecuados y uno de ellos no es, precisamente,
ensalzar empates míseros.
Apunte Durante dos años más veremos al Hércules vestir de Nike, hasta 2016. En ese año, de todo seguir bien, llevaremos seis años con Nike, aún le quedarán tres años para superar los casi nueve de Rasán(1992-2001).Desde que se establecieron las marcas técnicas, Rasán es la que más nos ha vestido, le sigue Kelme con siete años(2001-2008), Ressy(1983/84 y 85-86 hasta 90/91), Adidas(80/81 a 82/83 y 84/85), Astore(2008-2010) y Luanvi(1991/92). Queda un residuo, una marca que sólo vistió 10 partidos al Hércules en la temporada 1992/93), Front Runner.