No voy a negar la evidencia: no es un
fútbol, el de toque, que sea de mi agrado. Como se dice, cada uno
tiene su gusto y respeto al que le guste este estilo, mas no es mi
preferido. Tengo tan amargo recuerdo del fútbol que nos brindaba
Felipe Miñambres durante la temporada 2002/03 que el toque,toque,
toque lo tengo atragantado. Partidos de 65-70% de posesión pero en
los que el resultado no era el deseado, jugadores que tocaban hasta
la extenuación pero ocasiones pocas y al final. Ya por esa época me
decantaba por un fútbol aguerrido, casi al “límite del
reglamento”, rocoso(pero sin recurrir al “autobús”), que iba a
la portería rival cuando cogía el esférico y se plantaba en 3-4
toques ante el guardameta rival. Un equipo ambicioso que mordía cada
vez que recuperaba el esférico. Recuerdo muy agradablemente a varios
técnicos que han pasado por alguno de mis equipos o la selección
con este patrón de juego. Para mí, por ejemplo, me lo pasé mejor
entre 1998 y 2002 con la selección española en comparación con lo
actual.Sí, algunos me referirán que este estilo de tiki-taka ha
dado a España los últimos títulos. Por mi parte, indicaría el
gran peso de la suerte en los éxitos deportivos(en la selección
“camachil” hubo mala suerte desde los 11 metros como en 2000 y
2002 o decisiones como la de ese árbitro egipcio que vetó el
merecido pase a semifinales en el Mundial de Corea y Japón hace doce
años mientras, en 2008 y 2010, esa suerte cambió para bien).Es más, en el Mundial de 2010, tras perder con Suiza en un partido desesperante, se tuvo que recurrir a ese fútbol directo para ganar a Honduras y a Chile.
Apunte El
regreso de Azkorra es necesario para ver si se solventa la situación
que está ocurriendo en la delantera tras la baja de Sardinero y la
mala forma de Portillo ante la portería rival(dos goles en 2014).
Falta gol pero, más grave, no se crean ocasiones con facilidad
porque a los delanteros les cuesta marcar.