“Muchos
nervios en el estadio José Rico Pérez en esta tarde del 7 de mayo
de 1978. Los jugadores alicantinos y burgaleses están calentando con
la preocupación de un complicado encuentro en el que ambos se jugarán la
permanencia. Para los herculanos, un descenso sería doloroso cuando
ya ha alcanzado su hito de cuatro años consecutivos en 1ª, cifra que logró
en su primer paso por la élite; por parte castellana, está buscando
la consolidación tras el ascenso de 1976. Además de la permanencia,
los jugadores blanquiazules saben que cuentan con una prima de 6
millones de pesetas si logran seguir en 1ª como así les ha
prometido el presidente herculano. Cuando terminan el calentamiento
se dirigen al túnel de vestuarios con cierta tensión en la cara
porque les espera un partido complicado que esperan encauzar bien
porque son muchos los rivales que se juegan la permanencia. Desde el
12º puesto que ocupa el Real Club Deportivo Español, que suma 42
puntos, hasta el Elche C.F. ,que está en la penúltima posición con
37 puntos, hay seis equipos que se están disputando salir de la sartén.
Además, el conjunto franjiverde juega en el Ramón de Carranza con
el colista y se da por hecho que alcanzará la victoria pero, eso
sí, necesita una carambola de órdago. La tabla está tan igualada
que un gol puede dar un vuelco inmenso. Entre los seis equipos está
el Real Betis con 38 puntos, el Hércules C.F.-junto al Racing de
Santander- con uno más y el Burgos C.F. con dos más. Los dos
entrenadores, Benito Joanet y Lucien Müller, no piensan en el empate
porque una victoria bética les complicaría la vida. El conjunto de “El plantío” no lo
tendría fácil porque, con unos determinados resultados, una
derrota en Alicante podría condenarlo al descenso. Sí, requiere de
unos resultados pero no quieren forzar la máquina. El empate, con
todo, le perjudicaría más al Hércules, que podría irse al pozo,
igualmente, con otros resultados. Sólo la victoria aseguraría la
permanencia herculana en esta tarde de transistores.
Los
jugadores comienzan a jugar con nervios porque se juega mucho en el envite. El
cancerbero Navarro ataja un balón de centro de Charles. Giuliano ve
que la falta que lanza desde la frontal se estampa en el larguero y
se desespera.Pronto las noticias informan del gol de Juan Carlos en
los Campos de Sport de El Sardinero. El Racing de Santander se coloca
1-0 y se aleja del peligro. Cierto runrun en la grada se percibe
justo en el momento en que Deusto tiene que despejar, de forma
apurada, un remate de Teca. Otro gol es bien recibido porque el U.D.
Salamanca ha marcado el 1-0 ante un conjunto “perico” que está
hecho un flan. La posesión es herculana pero el acierto es escaso.
Barrios se desespera porque ve que el tiempo pasa. No hay confianza en
la Real Sociedad, que está tranquila en la mitad de la tabla,y se da
por hecho la victoria bética...como así ocurre cuando López marca.
Si en Alicante hay preocupación, también sucede lo mismo en Cádiz,
donde los franjiverdes no logran batir la portería de Santamaría
ante cierto enojo de la afición ilicitana que acudió a la “Tacita
de plata” y que, a la par, con la afición gaditana se dedica a
llamar “mercenarios” a los jugadores locales que, descendidos,
luchan con una actitud que los habría salvado si la hubieran
mantenido los 33 partidos anteriores. En Alicante el drama es total.
Los jugadores no logran ya acercarse a la meta de Navarro. El
conjunto burgalés, atribulado al comienzo de la segunda parte ante
un cuarto de hora de acoso, va cogiendo el control a medida que los
nervios mojan la puntería de los jugadores blanquiazules. Verde
entra en los minutos finales por Moyano, al que le pesan las piernas.
Cuando el colegiado Urízar Azpitarte pita el final del encuentro,
varias almohadillas caen al sufrido césped. Se ha consumado el
descenso con 40 puntos como antepenúltimo mientras en el Benito
Villamarín hay alegría por una salvación obtenida con
sufrimiento”.
Se
suele llamar “what if” a una narración contrafactual que
respondería a una pregunta como “¿qué habría pasado si...?”.
En esta ocasión, he querido imaginar, siguiendo la línea del
artículo de hace una semana, “Numb3rs”, qué habría sucedido si
la liga de tres puntos hubiera estado en vigor en aquella temporada
77/78. Está claro también que, posiblemente, se hubiera llegado a
otra situación en la jornada 33ª para evitar tanto drama en la
jornada última. Es curioso porque, con liga de dos puntos, el Elche
C.F. ya había descendido la semana anterior pero, con los tres puntos, le
habría permitido llegar “vivo” hasta la última jornada. El
empate a cero que, con dos puntos salvaba a los dos equipos, ya les
habría complicado la existencia con ese punto extra por victoria. He
respetado en la narración contrafáctica los resultados que se
dieron de verdad en esa temporada. En sí, nunca habríamos sabido
qué hubiera sucedido aunque nuestro conocimiento de fútbol, como
sufridos aficionados herculanos, nos diría que ese partido hubiera sido un drama a poco que los
minutos pasaran y el 1-0 salvador no hubiese llegado.
Comprobando
los años entre 1929 y 1995 he podido ver, a través de un simple
cálculo de sumar tres puntos por victoria y el resultado sería el
siguiente: el Real Madrid habría sumado tres títulos de liga de más
a costa de Atlético de Madrid, Real Sociedad y Athletic de
Bilbao(temporadas 65/66, 80/81 y 83/84), el F.C. Barcelona habría
sumado otro a costa del Valencia C.F.(70/71). Respecto a los
descensos, el Hércules sólo habría bajado en esa temporada 77/78
mientras el eterno rival, el Elche C.F., lo habría hecho en dos ocasiones(60/61 y 75/76),
al igual que el conjunto periquito(45/46 y 65/66). Entre las
temporadas 1987/88 y 94/95 algún equipo habría salvado el descenso
y pudo haberse salvado en el play-off. Son datos curiosos, aunque
nadie sabe qué habría pasado con el desarrollo de esa temporada si,
de verdad, se habría aplicado esta medida que ahora va camino de la
“mayoría de edad”.
Apunte.
Si hay algo que se echa de menos, pero difícil de contar ahora, es
esa historia de los “negativos” y “positivos” que la liga de
dos puntos hacía llamativa cuando los aficionados veíamos la
clasificación jornada a jornada. Poco a poco se ha ido perdiendo esa
magia del fútbol patrio.