martes, octubre 08, 2013

La cara B

No vamos a negar la evidencia principal: la figura de un entrenador puede convertir la temporada en un suplicio o una “pax” institucional. Esa era la diferencia, por ejemplo, entre Juan Carlos Mandiá y Quique Hernández, entre el año pasado y el actual. Los resultados se suelen ver con otra actitud, de forma más benevolente cuando el entrenador es mejor valorado. Obviamente, el historial del técnico de Anna, está ahí.Cerca de 200 partidos dirigiendo al equipo, lo que no es fácil: un ascenso(1993), un casi ascenso(2013, porque el equipo estaba hundido e hizo números de ascenso en la segunda vuelta), otro casi ascenso(se estuvo cerca del play-off en 1994) y, en el lado opuesto, un descenso con un lastre que no fue culpa suya(1997). Sí, me dejo la temporada 97/98 en la que fue cesado de forma fulminante, aunque algo había más allá de unos malos resultados. Esta temporada ha ido de más a menos.

Curiosamente, si el entrenador hubiera sido otro menos aceptado por la afición, la historia sería bien diferente porque la sensación, tras ocho jornadas, habría sido más crítica y llegaría, incluso, al pensamiento de llevar más puntos, incluso, de lo debido. Así, por ejemplo, se valoraría que los dos primeros puntos se sumaron con dificultad, que se podría haber ganado pero también perdido. Sí, parece perogrullada pero no. La expulsión de Gai Assulin complicó el partido en las islas Canarias, aunque Sardinero tuviera en sus botas el 0-1. Una semana después, ante el Real Madrid Castilla, marcó el 2-1 en los instantes finales y jugando con diez ante un equipo que, esta semana, logró su primera victoria. En Huelva, mal partido y 2-0. Entre la buena pretemporada y el arranque, se pudo llegar a entener esa derrota. Una semana después, la casta permitió rescatar un punto ante el R.C.D. Mallorca tras ir perdiendo 0-2 durante buena parte del encuentro. En pleno éxtasis deportivo, apenas se vislumbró que tuvo mucho de corazón y ya no más. Desde ahí, la debacle, de accidente en accidente: Ponferrada, ante el conjunto herculino en Alicante y en Vitoria. Tres derrotas, diez goles en contra. El Toralín fue un doloroso ejemplo: sin Font-expulsado-, ni Hervás- con problemás gástricos, el equipo jugó sin brújula y recibió un severo correctivo. Además, mostró las carencias que tiene el equipo en la defensa(problemas físicos en sus dos únicos centrales específicos, unido a acciones absurdas como la expulsión de Escassi. Lo normal, en esta trayectoria sería tener 3-4 puntos.

 Creo, con todo lo expuesto arriba, que es un asunto que se debe a problemas más allá del técnico. Hay dudas sobre si el problema es de actitud(quizás, algún jugador que podríamos tener en mente)o de aptitud, que no hay calidad en la plantilla como se esperaba o, incluso, pensar en una tercera vía: capacidad de la plantilla de quitarse el pesimismo. Hay jugadores de gran calidad que, quizás, con resultados negativos no logran rendir bien, no consiguen “tirar del carro”. Uno de los pilares en los que destaca Quique Hernández era en el aspecto motivador, pero la plantilla es la que es. Cuando las cosas van medianamente bien, el equipo juega o compite en condiciones. El problema es la falta de reacción si los resultados no llegan.

Apunte. Una más para el club herculano, al que dos clubes habrían denunciado las relaciones con Quique Pina. Lo que más preocupa es que, además, sea un modo más de azuzar contra el club por parte de una determinada persona que no nombro pero que todos saber quién es.