Es el slogan más acertado que he podido encontrar en el mundo del fútbol. Reconozco que no soy muy objetivo cuando lo he sacado de mi otro equipo, del que he hablado también por aquí, el R.C.D. Espanyol("La força d'un sentiment") pero es que le va como anillo al dedo. Con él quiero entrar en el poder que ejerce el cariño hacia el club en los logros deportivos de su equipo. Para quisiera poner ejemplos varios y en los que se ve enorme el contraste entre el gran apoyo hacia unos clubes y el escaso hacia otros. El primero sería el Granada74, que está en boca de todos desde hace dos años cuando logró, mediante la compra de acciones y posterior desplazamiento a Motril, jugar en 2ª División; sin apenas afición, volvió con la cabeza agachada a la capital y disputar los partidos de 2ªB en un campo con apenas 2000 espectadores de aforo. El devenir en estos dos años ha sido tal que el equipo ha desaparecido entre descensos deportivos y administrativos hasta categorías regionales. En el lado totalmente opuesto, el Atlético de Madrid figura como un ejemplo de tener una afición bastante fiel hasta el punto de aumentar el número de abonados tras aquel descenso del año 2000 cuando lo más normal era el enfado y el enojo. También me gustaría poner el ejemplo del equipo "periquito" en el que la afición asimiló que si ella no tiraba del carro, los jugadores se irían y el equipo acabaría en 2ª División; poco a poco, el "No surrender" fue calando entre los futbolistas hasta lograr la gesta de igualar en 10 partidos lo que hizo en los cincuenta anteriores: ocho victorias y la salvación en la penúltima jornada.
Obviamente, en un blog del Hércules, no podía faltar una mención sobre nuestra particular "força d'un sentiment". Fuerza que se ha mostrado en muy buena parte de la temporada pasada y que, ojalá, siga en ésta. Para los críticos y de otras aficiones no escribo sobre el día del CD Tenerife, RC Celta de Vigo o Albacete Balompié sino del primer momento de fuerza herculana y que se vivió en la tarde de aquel Hércules- Real Sociedad. La afición que acompañó al equipo ante el Rayo Vallecano y empujando hasta lograr el empate en los instantes finales, dio un espectáculo en una nueva remontada ante el equipo de un Juan Manuel Lillo que se volvía a topar con la afición herculana. La afición fue acompañando al equipo a lo largo de la temporada, con especial mención a la grada norte que, por primera vez en mucho tiempo, lograba arrastrar a toda la afición a animar con ese célebre "Todo el estadio, todo el estadio" con el objetivo de arengar al resto de gradas que, entre que hacían la "guerra" por su cuenta(otras peñas situadas en otras zonas del estadio) y otra parte tradicionalmente callada("comepipas") sus ánimos no lograban llegar hasta los jugadores. Aunque es cierto que suena a que las cosas no han cambiado y a que una peña ha tenido que levantar al resto del público, la imagen ha sido de una afición que ha disfrutado animando a su equipo y que debería, por una vez, usarlo más continuamente y no en temporadas buenas donde es más fácil animar. Como escribía en el caso del Espanyol, ser conscientes de que, incluso forzando la lógica, no rendirse y seguir dando apoyo al club en los buenos y, sobre todo, en los malos momentos acaba dando buenos réditos a todos nosostros: los jugadores pasan pero somos los aficionados los que saldremos ganando si logramos que nadie se rinda y luche por esa camiseta. También será ideal que los "herculanos latentes"(aquellos que en su día iban al estadio y ya no vuelven sean "recuperados" para la causa y no por estar en Primera o a punto de subir). Cuantos más seamos, estupendo, cuando más se anime, mejor.
Apunte Primer partido y primera victoria ante el modesto Thader de Rojales. Con la vista puesta en la presentación ante la UD Almería y el misterioso Al Ain-el único equipo capaz de pagar por jugar contra un equipo en casa de éste- dos días después. De ahí a Castellón quedarán dos semanas más.