domingo, abril 29, 2007

Desaprovechando oportunidades

Dos puntos de doce posibles y complicarse la vida serían dos titulares que podrían ir en consonancia con el Hércules de ayer. Perder la tranquilidad en diez minutos es doloroso: de dejar a Las Palmas tocado con ocho puntos de distancia más goal -average a dejarlo vivo, a dos puntos y con la desventaja particular de goles y resultados con el equipo canario. Era un partido para poder pensar en otra cosa que no fuera un duelo de ganar o ganar contra el Ciudad de Murcia el próximo sábado. Quizás sea por la "ilusión" de vivir cerca del abismo, el equipo se metió en un charco innecesario y que, esperemos, sólo tenga el efecto de reaccionar a los jugadores para la próxima jornada. En sí no hay riesgo evidente de descenso(tres equipos prácticamente tienen el billete a 2ªB y hay otros que serían más merecedores que el propio Hércules). Pero malo sería confiarse. El episodio de ayer fue doloroso pues se veía la victoria muy cerca y se siente el aficionado impotente de ver cómo diez minutos bastan para echar de por tierra toda la paz deportiva.

Porque el Hércules de ayer fue ese Alavés que llegó a Alicante en la primera vuelta: un gol a favor y contemporizar. El partido se había puesto a tiro: 0-1 tras una primera parte igualada- un espléndido tanto de Sendoa y un no menos espectacular pase largo medido a su pie-, las sensaciones eran favorables pues el equipo canario empujaba en la dirección incorrecta y, aunque llegaba a la meta de Aragoneses, el peligro no era evidente. El fallo de Uribe fue el de toda la temporada: falta de ambición. Debía aprovechar que el conjunto amarillo estaba desquiciado con una derrota que le ponía camino de la división de bronce y asestarle los debidos golpes pero no lo hizo. El fallo empezó con un cambio erróneo: fue quitar a Carmelo para poner a alguien que, siendo un centrocampista de carácter ofensivo, no tiene el empuje del canario. Su marcha supuso un retroceso de bastantes metros cuando lo sencillo hubiera sido poner a Piti para aprovechar los contraataques si esa era la opción de Uribe para finiquitar el partido. La jugada clave llegó con un empujón a Redondo que sirvió para que el sevillano, por la inercia, golpease con su pecho el balón y se introduciera mansamente en la meta herculana. La especulación mostró su cara más negra: el tanto del empate animó a una afición que, hasta ese momento, se mostraba enojada con sus jugadores y le dio nuevos bríos. En esa inercia llegaron el segundo y el tercer tanto locales. Uribe quiso reaccionar pero fue demasiado tarde. Habían visto el partido para ganar y su reacción con el marcador en contra fue una evidente torpeza para llegar a las inmediaciones de un muy discreto Nacho González. En una categoría tan igualada como la segunda división, perdonar al rival acaba pagándose caro...y el Hércules lo comprobó ayer.

Apunte Esperemos que la afición herculana sea práctica y desee una victoria del Elche sobre el Castilla para mantener la distancia de cinco puntos con el primer equipo en puestos de descenso. Aunque un empate no estaría mal visto, la derrota del filial blanco les podría dejar más tocados.