jueves, febrero 08, 2007

Fútbol en decadencia

Seguro que será excesivo el término de decadencia pero es cierto que al fútbol le pasa algo. No es el PPV, no ese odiado "fútbol moderno" -consistente en venta de camisetas, derechos de imagen, Ley Bossman,etc -, que muchos denigran. Es algo peor y se llama aburrimiento. Un aburrimiento que sólo la afición por un equipo limita pero que, por el contrario, se agranda cuando no hay motivación por ir con un equipo u otro. El aburrimiento es fruto sin duda de unos planteamientos que apuestan por la defensa a ultranza y un fútbol excesivamente directo. No es que me haya pasado al fútbol contrario, el célebre "tiqui-taca" que popularizó en Alicante el peculiar Felipe Miñambres, sino un punto medio basado en apostar por un fútbol más clásico: defensa con laterales con facilidad para ir arriba y un par de centrales que cumplan con un cierto equilibrio entre contundencia en el corte y una conexión buena con los dos mediocentros. En el centro del campo, apuesto por alguien que sepa cortar el juego rival y un organizador que lograse distribuir el juego hacia los interiores y/o los dos delanteros; los interiores jugarían de forma natural por su banda, si bien, cuando hubiera calidad para ello, pudiera hacerlo a banda cambiada...pero sin ser regla de un supuesto fútbol moderno pues el mejor pase al delantero será siempre desde la banda o, en todo caso, al pie mediante triangulaciones con su compañero en la delantera. Los equipos que tienden a hacerlo bien se basan en dos tipos de delanteros en un mismo once: el "tanque" y el extremo veloz. Es decir, sin exageraciones, un estilo similar al del Racing con la dupla Zijic - Munitis. Obviamente cada uno tendrá su idea particular de este deporte pero la sensación de aburrimiento que uno siente al sentarse delante del televisor y ponerse a ver un encuentro de fútbol es lo que hace que uno sienta cierta preocupación por este deporte.

Salvo unos pocos equipos - el Barcelona, Getafe, el Osasuna o el Real Zaragoza-, el resto del fútbol nacional de Division de Honor tiende a realizar un juego que apenas permite salvar encuentros memorables en esta temporada. Si la situación en Primera es así, no es difícil imaginar lo que pasa en Segunda División donde el juego es más paupérrimo. El patrón de los encuentros de esta categoría de plata es básicamente el mismo: pocas ocasiones de gol, un rival agazapado atrás sin querer el control del juego pero, poniendo una tupida red en el centro del campo para "cortocircuitar" al equipo local. Como herculano, ver encuentros como los que hemos asistido en el Rico Pérez o en los desplazamientos puede ser más fácil pues es la emoción lo que, al menos, mantiene el interés ; sin embargo, observando de forma más objetiva, hay que reconocer que muy pocos son los encuentros salvables: el del Castilla en la ida, el del Alavés y unos instantes de otros como la primera parte ante la Ponferradina o la segunda ante el Xerez; por el contrario, permanece aún el recuerdo amargo de aquellas derrotas ante Málaga, Cádiz, Real Murcia, Sporting e incluso victorias como las de Numancia, Albacete o Ejido. Afortundamente, esto puede ser una moda pasajera y ojalá pueda irrumpir un fútbol más ofensivo que salve a este deporte de entrenadores con mentalidad excesivamente defensiva.

Apunte El partido que España jugará ante Dinamarca nos dará la certera valoración de la victoria de ayer en Manchester. En principio, se supone que será positivo por el nuevo ánimo que puede suponer ganar a un "grande" del fútbol... pero también puede ser letal si se mantienen los mismos argumentos de los últimos tiempos ya que se pueden pagar en un partido a vida o muerte.