Tras cuatro mundiales consecutivos, Camerún caía eliminado en una fase de clasificación. Quien les escribe se mostró apenado por la ausencia de un país cuyo fútbol le recordaba grandes gestas como aquel Mundial de Italia en 1990 donde fue la revelación desde el partido inaugural hasta ese emocionante partido de cuartos ante Inglaterra, cayendo en la prórroga (3-2). En esta ocasión, no podrá haber gestas, si bien, en las dos últimas participaciones no pasó de la primera fase. Sin embargo, el estupor apareció en el momento en que se supo que el jugador responsable del lanzamiento del penalty en último minuto, Pierre Wome, sufrió daños materiales en su casa, así como en un establecimiento comercial que tenía su mujer- incluso se llegó a hablar de una paliza a su mujer o que el jugador fue trasladado fuera del estadio para evitar las represalias del público-, por parte de una afición que no comprende que no puede hacer responsable de la eliminación de un equipo por un hecho puntual sino que se pagó la irregularidad de los primeros partidos. Casi se podría llegar a comprender que el mismo Samuel Eto'o no lanzase el penalty visto como se las gastan algunos "exaltados". A otros, un fallo más o menos similar, les supuso una muerte despiadada. Es una demostración de la gran dramatización que conlleva no cumplir unos "simples" objetivos deportivos.
Los jugadores herculanos, como muchos otros, han sufrido, a veces, el enfado desproporcionado de los aficionados hacia ellos o sus propios bienes. De todos es sabido que, cuando los jugadores del conjunto blanquiazul volvieron de Gijón con el descenso a 2ªB obtenido por sus "deméritos" deportivos, encontraron sus coches rayados, abollados y con pintadas de "mercenarios". A otros como el jugador Lussenhoff, perteneciente al Tenerife, le rompió un aficionado la luna del coche tras el descenso de categoría. Uno tras otro, nos encontramos ejemplos de cómo la gente desplaza hacia los jugadores toda su ira por el daño realizado sin pensar que, a veces, ese ataque puede llegar a ser injusto como lo fue en el caso arriba explicado de Wome. ¿Acaso sirve algo romper los coches u otros bienes de los jugadores? No nos devolvió la categoría perdida ni permitirá a Camerún jugar en Alemania el próximo verano. En esta ocasión nos encontramos en una posición tranquila pero no estaría de más tener en cuenta que el apoyo hacia el club y jugadores no debe desvariar y convertirse en un boomerang con el tiempo. Una cosa es silbar con la intención de que los jugadores "despierten" y otra es ir físicamente contra esos jugadores cuando terminen los noventa minutos o la temporada.
Apunte Al final el club está ejerciendo como "dueño" del estadio Rico Pérez. Poco a poco se han realizado algunas mejoras a falta de las más relevantes cuando la recompra se haga efectiva. Lo que está claro es que el "Rico Pérez Herculano" también tenía sus obligaciones como ser el primero en querer cuidar el estadio. Quizás lo único que faltó en su momento era, tras realizar lo que se debía(aseos, marcador, asientos, cabinas de prensa), llevar a cabo varias ruedas de prensa donde se dejara claro y conciso quién tenía interés por cuidar el estadio, en clara alusión a la escasa labor del Ayuntamiento.