miércoles, septiembre 15, 2004

Sensaciones

El desarrollo del partido ante el Alicante CF ha devuelto la confrontación dialéctica entre aficionados herculanos respecto al juego desplegado ante el equipo "azulado". La realidad es la que se vio durante el partido: una primera parte ambiciosa y una segunda deplorable. Una parte de la afición se queda con la gran salida del equipo en los primeros cuarenta y cinco minutos; otra -entre la que me incluyo- que nos aferramos a la segunda parte como justificación de un cese inmediato. Para colmo, el propio Granero nos hizo el favor de pensar en una marcha necesaria del técnico valenciano al comentar, en la rueda de prensa: " No pudimos ganar en la primera parte cuando jugamos bien, disfrutamos de varias ocasiones muy claras y tuvimos al Alicante "groggy". Después de eso, en el segundo tiempo lo mejor era no perder ". No lo niego, nunca ha sido un técnico que me haya agradado y eso hace que considere imprescindible su marcha desde el momento en que su cese parecía factible, en diciembre del año pasado, tras perder cuatro partidos consecutivos en casa. Se pudo comer el turrón e inició el 2004 con la misma imagen que el final de año anterior- dos empates ante Palamós y Figueres- pero una frase se me quedó marcada y define la nula ambición de un técnico que apenas sabe lo que significa el Hércules: "Ahora mismo, en Alicante, todo lo que no sea ganar no sirve de nada" (0-0 en Figueres con dos ocasiones de gol en toda el partido). El problema de esta afirmación era que el equipo debía de estar arriba en esta segunda temporada de proyecto a dos años- el primero era de conjunción y el segundo de ascenso- pero lo grave para él es que esta temporada obliga a muchas cosas... como ganar y no "no perder".

En estas primeras semanas, las victorias, con ser importantes, no lo son tanto como las sensaciones que motiven al aficionado para ver que hay opciones de subir y este club no las tiene. Quedarse con determinada ambición del día del Alicante y obviar que el equipo no atacó ni una sola vez en la segunda parte es ,posiblemente, hacerle daño a este club. Poco importa que el Alicante jugase de forma marrullera y aprovechase una ocasión, el equipo mostró, por ejemplo, en la segunda parte un mismo estilo pernicioso que el día del Huesca, el de la temporada pasada: el "patadón" alocado, la nula facilidad de crear ocasiones de gol, el escaso aprovechamiento de la estrategia o el cambio sistemático de posición de los jugadores, etc. Un estilo de juego que ha convencido a más de 2000 personas para no volverse a abonar al Hércules, que otras acaben replanteando que no vale la pena seguir sufriendo por un club que apenas importa a su propio presidente, dedicado a dejar el nombre de la entidad en evidencia con impagos constantes.

Nombres hay, entrenadores que acaben por ilusionar con un juego ordenado, fácil y que den al equipo una nueva disposición, tanto estratégica como anímica, que genere las sensaciones que desea y necesita el herculano de a pie.