domingo, febrero 17, 2019

La raya entre la vergüenza y la alegría


No voy a negar la evidencia que lo acontecido ayer en el estadio José Rico Pérez “rayó” a mucha gente cuando se sentaba en su ubicación en el estadio. No era normal estar viendo un operativo pintando unas líneas paralelas a otras anteriores. Empezaba a oler a cosa extraña y la megafonía confirmó que era una decisión arbitral sobre las medidas de ambas áreas grandes y pequeñas.  Tal enojo se confirmó cuando salió a calentar el trío arbitral recibiendo pitidos y, posiblemente, improperios rayando a otros niveles “superiores”. El tema me deja dudas porque, hasta ayer, nadie había mirado esas cosas presuponiendo que las medidas estaban bien. De hecho, se disputó hasta  un partido internacional el pasado día 22  de enero ante Estados Unidos. De repente, un árbitro precisa que las áreas no estaban correctas y, supongo, que la medición le dio la razón. Eso llevó a modificar las líneas sobre la marcha y obligando a un retraso de media hora. Por tanto, deja dudas que sería conveniente que el club explicara sin el peso de la culpa.


Sobre el partido, fue una lucha en pos de la victoria pero que se encontró sobre una fina raya que podía llevarlo a una caída como un funambulista. De hecho, el gol de Chechu llegó a través de una contra que empieza en un saque de esquina catalán errado. No digo que pudiera ser el 0-1 pero el balón parado visitante fue un continuo dolor de cabeza. Sin embargo, el azar le permitió ensamblar un ataque preciso y un mano a mano que acabó en el definitivo 1-0. Merecido o no, sería difícil precisar;el equipo tuvo momentos en que estaba con mentalidad ofensiva pero, a veces, el miedo a no ganar perjudícaba a los jugadores blanquiazules en sus jugadas. Una imprecisión final que potenció  la sensación de peligro visitante.


La raya que tanto insistió el colegiado a principio de “prepartido” , esa meticulosidad en el reglamento, cayó en saco roto con algunas amonestaciones que rozaron la expulsión y se quedaron en simple amarilla y el gol anulado a Pol Roigé que debió ser el 2-0. El afán protagonista empezó desde el principio, continuó los noventa y pico minutos de juego y terminó con el acta. Afortunadamente, el gol y la victoria cayó de lado local


Apunte. Se veía venir lo que pasó en el SPAL –Fiorentina. Un escándalo gracias a no saber que hay cosas que hay que parar en su momento. Penalty que el árbitro no ve, marca el equipo a local a continuación…que debe ser anulado porque el del VAR le dice que ese penalty sí era. Esas cosas son las que hacen daño al VAR y que se tienen que arreglar dentro de este “tipo Beta” que es el videoarbitraje.