Sin duda, una de las cosas que llama la atención en el
fútbol es que, a veces, lograr crear una tendencia temporal que supone algo
positivo o algo negativo, en función de qué suceso lo general. Tenemos muchos casos. Por
ejemplo, hace cuatro temporadas era conocido el poder del Atlético de Madrid a
balón parado y que suponía un buen efecto positivo; otro ejemplo lo tenemos con
el Real Madrid la temporada pasada con el célebre gol en el minuto 93 y que
supuso más de un quebradero de cabeza a todos, seguidores(por sufrir hasta el
final) y rivales(que no podían celebrar finalmente el desastre).
A efectos herculanos estamos viviendo una pequeña tendencia
que veremos si sigue persistiendo: ese gol ganador al final del encuentro. Tres
victorias han supuesto seis puntos más para el equipo ante Peralada CF(3-2),
Peña Deportiva Sta. Eulalia(1-0) y Atlético Baleares(2-1). Es importante que el
equipo vaya ganándose entre los rivales una imagen de equipo rocoso, difícil de
vencer hasta el último segundo. Eso para el factor anímico es positivo porque
refuerza la convicción en lo que se está haciendo. Es muy importante, como ponía un poco más arriba,
que el rival sepa que el equipo de Claudio seguirá buscando la victoria hasta
el último instante y, como comentaba respecto al Real Madrid, generar esa imagen
de ser difícil de parar. Si a eso le unimos que los goles de Samuel y Peña han
llegado a balón parado acentúa, además, ese peligro que puede llegar desde las
jugadas de estrategia. Un refuerzo positivo al trabajo de la semana y que
provoca confianza positiva y temor en el
rival (la confianza negativa es ese “exceso” que acaba permitiendo la pérdida de
balones durante el transcurso del partido).
No siempre han sido cosas buenas. La temporada pasada nos
mostró una facilidad pasmosa para encajar goles a balón parado y, a veces, al
final del encuentro. Eso suele generar una sensación de inseguridad, que se
acaba acentuando cuando ya la mala suerte acompaña en forma de gol en propia
puerta(Maínz en el Mini Estadi) o se hace una mala gestión del mencionado balón
parado, lo que hace que cualquier saque
de esquina o falta fuese resuelta por los rivales con acierto. Respecto de los goles en el último minuto, la
preocupación era por no tener decidido el partido antes de tiempo. NI que decir
que Pol Bueso y Fernando Román eran objeto de crítica permanente por no frenar
la trayectoria de goles a balón parado.
Apunte: De los 17
goles marcados por los blanquiazules, 8 fueron en la primera parte y 9 en la
segunda parte; de los 13 en contra, 6 fueron en la primera parte y 7 en la segunda
parte. En ese intervalo del 35’al 45’ de cada parte, el Hércules ha marcado
cinco goles mientras el rival de turno ha marcado 7. La pequeña diferencia es
que fueron tres veces en el momento decisivo(los goles de Tarí, Samuel Llorca y
Peña) y cuatro por parte de los rivales(Navarro, Enric Gallego, Torras y Raba).
Desde aquella derrota en Villarreal no se ha vuelto a encajar en los últimos
minutos del final del partido.