Si en el fútbol de este país ya he mostrado el cariño
justificado por mis equipos(Hércules CF por vivir aquí, Córdoba CF por ser de
tierras cordobesas, RCD Espanyol en modo
“fan” gracias al fichaje de Thomas N’Kono e, incluso, por vía de la “sangre”,
el fútbol almeriense y el CD Badajoz), a nivel internacional no niego que,
además de España, siento aprecio por Italia. Por ello, siento que habrá un
pequeño vacío cuando se haga el sorteo para el Mundial. La ausencia de Italia
deja un pequeño poso y cierta
tranquilidad para los rivales que ven un rival peligroso.
Sí, porque Italia es así. Tiene ese particular gen
competitivo con dos partes: por un lado,
el del mínimo esfuerzo en clasificaciones para grandes eventos y en la misma
primera fase de la competición final; por otro lado, el que es capaz de llevarlos
hasta la mismísima final a su bola, sin mucha dificultad y haciendo auténticas
gestas de cuidado. ¿Por qué Italia? . El mundial de Alemania me pilló recién
nacido, en el de Argentina con cuatro años y, por tanto, el de España lo vi con
ocho años y ya una inquietud por hacerme de un equipo. El Mundial de España
supuso para mí tres nombres de gran fuerza para el recuerdo(realmente unos
cuantos más): el mencionado N’Kono con Camerún, Dino Zoff y Paolo Rossi con
Italia. Curiosamente, ambas selecciones se enfrentaron en primera ronda en Vigo.
Viendo por televisión la final del Santiago Bernabeu, sentía que mi corazón iba
con la “azzurra”. Ahí se unió un aprecio por el país transalpino,más allá del
fútbol. Siempre he dicho que si no hubiera sido español , habría querido ser
italiano.
Un aprecio, por cierto, que sólo ha cedido cuando se ha
cruzado con el combinado español pero que, salvo esos lances, ha continuado
fuerte. Adoro ese gen que les lleva a no dar por perdido un partido hasta el
final y ese toque de suerte que, en esta ocasión, no se ha dado. De hecho,
pensaba que Italia acabaría consiguiendo el gol ante Suecia en el 93’, forzar la prórroga ,marcar
el 2-0 en el 117’ y clasificarse para el Mundial. Sin embargo, ese gen va y viene por desgracia
y, además de campeonatos(cuatro mundiales, dos subcampeonatos, un tercero y un
cuarto puesto), también se ha pegado sus buenos tiros en el pie porque, como
comentaba, ese gen del mínimo esfuerzo en primera fase ha supuesto caer siete veces en la liguilla inicial. Y más
que habrían ocurrido…de no aparecer la suerte: en el mundial de 1982 se
clasificó como segunda, empatada a tres puntos con Camerún…y acabó ganando el
mundial. Doce años después, llegó como tercera de grupo a la misma final contra
Brasil…y perderla desde los once metros. Italia está en su travesía del
desierto pero, con todo, sigue siendo un peligro para los demás en el futuro. L’orgoglio.
Apunte. Como noticia positiva, quitar la amonestación de
Gaspar demuestra el exceso de algunos árbitros al querer ir más allá en un
lance. El simulacro ocurre cuando se percibe claramente que el jugador se tira
de forma poco natural. Otro tema es considerar que el toque existe pero que no
es para pitar un penalty.