lunes, octubre 24, 2016

Colectivo sobre el individuo

" Iba el delantero directo a portería, perfilándose para llevar a la perfección el cara a cara que podría permitir sentenciar el partido. El cancerbero intentaba aguantar pero veía que, además, el que estaba dispuesto a batirlo estaba acompañado por dos compañeros dispuestos igualmente a marcar el gol. Sin embargo, el delantero disparó contra el cuerpo del portero mientras sus dos compañeros se desgañitaban, levantando los brazos de forma desesperada. El partido seguía abierto y el conjunto rival se vio con fuerzas para intentar el empate"

Posiblemente, si leen esta narración de tipo periodístico podrá hacer recordar la ocasión que tuvo  Cristiano Ronaldo, ante el Athletic de Bilbao en el estadio Santiago Bernabeu, pero también podría decirles el nombre de otros tantos jugadores que, en un exceso de individualismo, han errado esa ocasión para desesperación de compañeros. Es cuando el fútbol(u otro deporte de tipo colectivo)  muestra su cara más individual en un mundo en el que hay premios colectivos(campeones, clasificaciones europeas, ascensos, etc) pero también tiene ese premio individual(Bota de oro-aunque es una cifra objetiva, no deja de premiarse al que marca el gol y no al que, por ejemplo, da el pase de la muerte-, balón de oro, guantes de oro) que, a veces, facilita esos aires egocéntricos en la estrella en cuestión(insisto, no voy a entrar en el delantero luso, va para muchos de esos jugadores que consideran que sus números también precisan "engordar" para aspirar a más).

En este tema hay que hablar de dos conceptos bélicos asimilados por el deporte(batalla, guerra) y el rol que abarcan los futbolistas como "guerreros". En este caso, un jugador puede ganar una batalla(por ejemplo, el gol de Gaspar que ante la UE Llagostera) pero no tiene la capacidad absoluta para ganar la guerra(en el caso anterior, lograr un ascenso). Quizás porque yo nunca he sido ese tipo de jugador(aunque sea a nivel "partidillo") resolutivo ante portería, he sido consciente que el logro mejor se obtiene cuando todas las piezas trabajan a la par, cuando los diez jugadores presionan a la perfección para robar el esférico al rival, cuando tienen la capacidad de jugar de forma asociativa(sin sobrecargar, no me gusta ese tiki-taka a niveles excesivos) y lograr la clave del éxito: marcar gol pero, también, evitar que el rival lo haga. Sólo cuando un equipo logra esa comunión de intereses es cuando se logra ganar las "guerras"(una competición continental, un título de Liga...un ascenso).

La clave, una vez más, será la capacidad del entrenador para convencer al jugador de calidad y ego para que se una al objetivo del equipo, que ceda su orgullo para apoyar  a los compañeros y hacerle ver que esos mismos compañeros pueden ayudarlo en sus objetivos individuales.

" Iba el delantero directo a portería, perfilándose para llevar a la perfección el cara a cara que podría permitir sentenciar el partido. El cancerbero intentaba aguantar pero veía que, además, el que estaba dispuesto a batirlo estaba acompañado por dos compañeros dispuestos igualmente a marcar el gol. El delantero vio con el rabillo del ojo a su compañero que había salido a jugar en los últimos minutos y le cedió el balón para que éste pudiera marcar a puerta vacía. Los compañeros se abrazaron al goleador y al delantero generoso. El partido queda cerrado con el gol"


Apunte Llama la atención los siete goles en nueve partidos marcados por Dioni Villalba, un jugador que pasó desapercibido en ese Hércules CF 2013/14 que cayó en 2ªB. En aquella temporada marcó un gol en apenas 11 partidos y salió en el mercado de invierno, dejando para el recuerdo el fallo del penalty ante el RCDeportivo de la Coruña cuando el marcador ya reflejaba 0-2.