lunes, octubre 12, 2015

La veleta

Uno de los aspectos más llamativos del deporte de masas-a diferencia del de juegos olímpicos(porque sólo se hace caso durante esos días)- es que tiene un componente mediático con sus ventajas(más público interesado en los temas) y sus inconvenientes(giros de opinión demasiado inexplicables). El fútbol nos proporciona desde millones de espectadores...a millones de opiniones que, con las redes sociales como altavoz, generan más controversia y, por desgracia, excesiva viscerabilidad en determinadas ocasiones, como lo ha sufrido recientemente Pau López, el guardameta del RCD Espanyol, que tuvo que cerrar su cuenta tras los insultos que recibía.

En Alicante no íbamos a ser menos. Cada día las opiniones varían, en ocasiones, 180º y lo que era malo, ahora es bueno...con riesgo a volverse a torcer. Si además hay un caldo de cultivo de demasiada tensión, eso hace multiplicar el ambiente. Hace dos semanas, tras el encuentro en el Mini Estadi, todo era desilusión y preocupación. Los puestos de Dani Barroso y el de Manolo Herrero como entrenador estuvieron en un tris de caer mientras el descenso a Tercera iba apareciendo a medida que se recordaban los dos goles en seis partidos jugados. Sin embargo, las dos victorias consecutivas han hecho que el desánimo se convierta en un ánimo porque llegue el domingo y ver si se termina de llevar a cabo una remontada que, en estas fases de la competición aún es factible. Una reacción que tuvo dos protagonistas relevantes: Manuel Gato, por su tremenda eficacia ante portería, y Chechu Flores porque, quieran o no, es el jugador que, desde que salió al campo el otro día ante el CF Badalona, ha electrizado a todos su compañeros, como si él tuviera la facilidad de ideas para, por ejemplo, dar inicio al gol del 2-0 de la semana pasada.

De repente, parece que todo no es malo(independientemente del asunto de Portillo-cuya buena parte de los goles de la temporada pasada fueron por asistencia de Flores- y que no se arreglará jamás), que se puede llegar más arriba, que “ya hay equipo”. A comienzos de temporada se elogió el “fondo de banquillo que se tenía, después se criticaba el rendimiento de cada uno de los jugadores-incluso algunos de los ensalzados ahora- y, tras dos partidos, cierto negativismo ha desaparecido hasta que vuelva a aparecer de nuevo a poco que los resultados se vuelvan a torcer.

El problema de el fútbol es que el hilo es tan delgado entre la victoria y la derrota, que eso hace que lo que se escriba quede enmarcado o convertirse en papel mojado en sólo un segundo. Se echa de menos que unos determinados criterios se mantuvieran independientemente de los resultados, evitar juzgar las cosas tan pronto y así evitar que posteriores resultados dejen en evidencia juicios pasados. Un proyecto no es malo un segundo antes ni es bueno un segundo después. Sólo es un proyecto que debe dar sus frutos cuando debe de darlo: entre mayo y junio.Y, en esos casos, juzgarlo con severidad también sería injusto cuando sólo se ha estado a un gol de un determinado éxito.


Apunte Gales, Albania,Islandia, Irlanda del Norte, algunas de los países cuyas selecciones participarán en una excesiva Eurocopa de 24 selecciones. El Mundial de España fue el primero que acogió a 24 selecciones...y ahora estamos hablando de una cifra tal para uno de sus continentes. Demasiada morralla. No digo que ocho selecciones pero, con todo, los 16 participantes está bien porque nadie se atreve a dos grupo de seis equipos, “cuartos”(2º contra 3º, mientras los dos primeros van directos a la siguiente fase), semifinales y final.