Hace unos años, en un fantástico
vídeo realizado por los hermanos Jules y Gideon Naudet acerca del
desastre del 11-S, en las Torres Gemelas-fantástico por lo que
mostró y no mostró acertadamente de tal atentado brutal-, se
explicaba sobre los bomberos “nube blanca” y “nube negra”.
Ante todo, para el que lo haya visto aún-ya es raro-, no era un
documental sobre el 11-S, sino la evolución de un bombero novato en
su primer año. En ese documental, se mencionaba que un “nube
blanca” es aquel bombero que, desde su incorporación al parque
asignado, no ha tenido trabajo digno de ser llamado así, un incendio
con palabras mayores; por el contrario, el “nube negra” se
encuentra con todos los incendios posibles.
En el término futbolístico, el “nube
blanca” podría ser ese futbolista al que le sale todo de cara,
incluso de forma heterodoxa logra resultados. Un ejemplo es Manuel
Gato. El otro día, el remate que da origen a su primer gol casi
haría pensar en cualquier resultado menos entrar en la portería.
Positivo para el jugador y para el equipo. Un santo de cara que, por
ejemplo, no tuvo Javier Portillo que, incluso, tuvo un remate que
acabó encontrándose con el portero y no las redes. El jugador de
Aranjuez, como,pueden entender, es ese “nube negra” que, en
términos deportivos, puede estar tirando a portería mil veces ,verá
que novecientas salen lamiendo el poste por fuera...y los otros cien
dan en la madera para salir fuera. Ya no entro en temas que ya hemos
leído/visto/escuchado sobre su modo de llegar a Alicante en la
segunda etapa. Un castigo añadido por su manera de esconderse el día
del Barcelona B en aquel último partido en 2ªA. Empezó su
“castigo” y el de los herculanos el día del Huracán, con un
balón tocando en el suelo tras su remate y saliendo fuera...y
acabó, como ya saben con aquel mano a mano con Aulestia
que...también tiró fuera.
Son varios los jugadores que recuerdo
que tuvieran “ese santo”. Uno de ellos, por ejemplo, fue Ricardo
Sanzol, que estuvo en los dos últimos partidos de la temporada
2007/08, vio que le pitaban dos penas máximas en contra...que no
fueron gol. Otro con “santo” fue el mismo Ismael Falcón también
desde el punto de penalty. Más que vendido por su defensa en varios
partidos, bastante hizo en la temporada del descenso.Por el
contrario, un “nube negra” en la portería fue Sergio Sánchez.
Ni siquiera mentaría a Jimmy Schmidt.
Entre los jugadores de campo se ha dado
de todo: nubes blancas(por ejemplo, Manolo Alfaro debutó a lo grande
en el primer partido que jugó y marcó, Moisés García León o la
pareja de centrales Pavlicic y Gonzalo Arguiñano, Eldin Hadzic),
otras que se pasaron de blancas a negras(por ejemplo, Sardinero, ese
extremo que gustaba pero que, al final, desesperaba por su falta de
pericia incluso en el pase al compañero), de negras a blancas(un
buen ejemplo, a mi parecer, sería Noé Pamarot, un jugador al que se
le tenía crucificado desde la grada en la temporada del ascenso y
que pasó a ser idolatrado en su segunda temporada por como consiguió
centrar, dentro de sus posibilidades, a un Cabrera desacertado) y,
por supuesto, la nube negra, negrísima como, por ejemplo, Pere
Martínez, ese lateral derecho que fue más protagonista por su
situación física y anímica, cuyo debut en Lugo se saldó con un
penalty y expusión en el minuto 36.
Apunte A falta de escuchar la respuesta
del que fue administrador concursal García Cortés, insistir en que
la declaración de fortuito o culpable de un procedimiento concursal
no está relacionado con importes que se deben sino con actuaciones
dolosas del deudor. Que sí, que me llama la atención que no fuera
culpable pero que no se es porque se deba “x” cantidad.