Empecemos.
Desde
que llegó en diciembre de 1999, en pocas ocasiones fue respondido
socialmente hasta que llegó tres años claves en la ruptura de esa
imagen de “salvador” que tenía desde aquel mes previo al Efecto
2000. En tres años consecutivos, además. Desde 1999 hasta 2009, su
paso por el Hércules había sido tranquilo, con pocas marejadas
sociales. A lo sumo, destacar el verano de 2003 cuando ocurrió esa
vorágine desde el ascenso del Hércules B a Tercera, la salida del
equipo de Eduardo Rodríguez y la llegada de Javier Subirats. Ya en
esa etapa se vio una característica que luego se vería en 2009 con
la salida de Mandiá y la contratación de Esteban Vigo: el despecho
y la contratación “a lo grande”. Un año después, ya tuvo otra
actuación que no apuntaba bien respecto a algunas pancartas...y
algún boletín que se dejó de entregar al público por “molestar”
a los de dentro. El ascenso en Alcalá enfrió oposiciones a la
gestión de Enrique Ortiz en el Hércules, todo se limitaba a temas
deportivos pero, por ejemplo, pocos o casi ningún reproche a un tema
que luego se convirtiría en importante: el económico.
Esos
tres instantes muy fuertes de oposición llegaron a partir de 2010.
El
ascenso de 2010 ya supuso el principio del fin: el famoso excel con
los precios de los abonos fue lo de menos(siendo grave la chapuza),
lo complicado llegó entre julio y agosto con determinadas
filtraciones que dejaron claro la compra de varios partidos. Sólo
una mera cuestión “formal” o “técnica” evitó el descalabro
pero la mancha quedó ahí. Ese fue el primer gran momento de
respuesta a la mala gestión. Fue un período largo que concluyó con
el descenso a 2ª División en mayo de 2011 pero que tuvo lances
complicados como el tema con Hacienda o los impagos a los jugadores,
siendo tema evidente la situación de Drenthe en enero.
En
septiembre de 2011, cuando la situación deportiva e institucional se
había calmado con nuevos dirigentes, llegó una junta extraordinaria
que causó un terremoto de grado 7. Perfecto Palacio y Miguel
Quintanilla se iban pero, en un tris, estuvieron Sergio Fernández y
Juan Carlos Mandiá de irse. El equipo se clasificó para la
promoción pero el ambiente se había quedado tenso y deportivamente
se notó.
En
verano de 2012 llegó la segunda parte del terremoto de nueve meses
antes. El epicentro fue la llegada de Portillo al Hércules en su
segunda etapa. Supuso el ostracismo de Sergio Fernández, la marcha
por la puerta de atrás de Juan Carlos Mandiá, vilipendiado por una
afición enojada por su actitud y que celebraba los goles a favor del
club blanquiazul a ritmo de “Guantanamera”-imaginen, entonces,
los goles en contra- y que acabó fuera del club el día que vestía
con los colores del primer Hércules:de rojo y blanco. Se salvó el
escollo deportivo con una salvación de milagro pero el mal ya estaba
ahí.
Desde
2012 hasta 2015 la oposición ha ido de menos a más, cogiendo fuerza especialmente
cuando la sombra del IVF se ha ido haciendo más fuerte. Aunque aún
no hay nada claro y conciso, las horas de control del club por parte
de los dirigentes blanquiazules ya van cuenta atrás.
Apunte.
Se sigue sin conocer el rival del partido de presentación de la
plantilla en la temporada 2015/16. A pesar de anunciarse en la
decepcionante campaña de abonados, sigue sin saber si habrá o no.
Con el partido de Copa fuera de Alicante, mucho se está pareciendo a
la temporada 2012/13 cuando tampoco hubo partido, con el inri de que
ese partido, en 2012, fue suspendido por el tema del césped...cuando
se sabía que era por el amargo recuerdo de la presentación de las
camisetas.