Un verano ajetreado es el que se está viviendo en Alicante y
en Elche. Desde, más o menos, abril la afición blanquiazul ha estado mirando lo
que ocurría en la ciudad de las palmeras. Con un cierto sentido de envidia, se
vivía aquí la llegada de Juan Anguix a la presidencia del Elche CF, visto lo
que se lleva viviendo en Alicante desde los últimos años, lustro a lo sumo, con
el deseo de la salida de quién estuvo moviendo los hilos del Hércules. La
envidia era debida a la “facilidad”, dentro de la complejidad, por la que llegaba Anguix comparado con la
dificultad que se sentía para que se cambiara las tornas en Alicante. Sin embargo, estos tres meses han sido un
sufrimiento para el presidente del conjunto ilicitano: el tema de Hacienda, el
descenso decidido por la LFP por el tema del pagaré, el pago más acuerdo antes
del recurso del TAD, la resolución en contra del tribunal deportivo y, el
remate definitivo con la cautelar levantada por la juez de lo contencioso, el
pasado martes. Para colmo, aún queda un epílogo por escribir, el del 31 de
julio y el debido pago a los jugadores, aunque, personalmente, no creo que vaya
a ocurrir un segundo descenso administrativo en un año por parte de un mismo
club.
Mientras, en Alicante, la división entre los aficionados ha
estado latente en los últimos años. Pero no es una separación entre “Pro-Ortiz”
y “Anti-Ortiz”, como algunos quieren hacer ver. No. Sería entre “Anti-Ortiz” y
aficionados que quieren ver una solución factible, fiable, ya que todos estamos
de acuerdo en el necesario cambio. Dudo que aún quede alguien que crea en los
que están ahí. La campaña de abonos es un ejemplo de fiasco. Los números que se
mencionan no llegan a mil abonados en casi un mes que, en muchos casos, se
puede deber a “mantener” el asiento más que a la credibilidad en el proyecto
global. Las protestas a lo largo del año pasado fueron inexistentes y sólo
cuando los resultados eran problemáticos para el objetivo del ascenso. Es
cierto que la situación dentro del estadio no es muy favorable para la protesta
pero también es cierto que las pocas manifestaciones se realizaron cuando los
resultados sobre el terreno de juego no eran buenos.
El cambio de dirección en Elche llegó a finales de abril y
en Alicante, entre el herculanismo, la pregunta de un tuitero era “Y no
aparecerá el ánguix de turno en el hercules con ganas de comprar???” . Era
entendible, visto el inmovilismo observado alrededor del club. Sobre todo,
porque todos tenemos esa sensación de la falta de ese empresario “x” que pueda
asumir el control del club. Sin embargo, los pasos que ha dado Anguix y su
entorno, con un descenso controvertido y los gritos de dimisión desde Elche han hecho que
las dudas aumenten en Alicante.
En Alicante, el “no” que el IVF obligó a la Fundación Hércules
ha creado expectativas de cambio. Recordemos que el club había pensado una
operación acordeón que suponía la amortización de todas las acciones y posterior
aumento a 500.000 euros. Esa decisión implicaba la pérdida del posible control
del club por parte del IVF, vía nombramiento de nuevos patronos que, a su vez,
modificaran el consejo de administración herculano. Una esperanza en forma de “tic,tac,tic,
tac” como algunos mencionan. No sabemos si el paso se va a dar, porque aún
queda pendiente ver quién va a querer meterse en un avispero cargado de deudas
y exigencias deportivas. Para colmo, la situación del Elche CF ha hecho que la
figura de un “Anguix” herculano sea más complicada y más difícil de convencer
entre los que queremos esa solución para creer y dar el paso, lo que ha dado a
más división con otros partidarios de la marcha de Ortiz sin precisar la solución
alternativa.
Apunte. Profunda envidia me genera el C.D. Numancia, un
conjunto noble y honesto(la sensación da, esperemos no recibir un zas) que
lleva catorce años sin recibir denuncias de impago de su plantilla. Ese siempre
ha sido el modelo a seguir por el fútbol modesto: unas cuentas saneadas y sin
ambición desembocada( tres años en primera y dieciocho años, en general, dentro
de la LFP).