Conqui fue, como comenté hace tiempo,
la primera persona que me daba la bienvenida al mundo del internet
herculano. Cuando nos conocimos poco después en una heladería de
Padre Fontova, parecía que nos conociéramos de toda la vida. Fueron
tantos momentos de grato recuerdo que es lógico que la memoria esté
aún fresca a pesar del tiempo transcurrido.Inolvidable era
encontrarlo por la calle o en su trabajo y charlar un poco. El dolor
de la muerte de Conqui se extendía a otro hecho más duro, porque
una de las malas noticias que recuerdo que dio este amigo fue cuando
murió su padre y todo el foro se unió para darle el pésame. Que
“Conqui” falleciera el día del Padre fue el primer pensamiento
que tuve aquel día, da la sensación de lo duro del hecho en sí.
Aún recuerdo mi estancia en mi trabajo, al día siguiente, sin poder
acudir al entierro pero con mi corazón allí(ya en el funeral como
tal, sí que acudimos).
Se echa de menos a él y a sus
escritos, sus palabras, su entusiasmo y su calma. El herculanismo
perdió esa persona que era capaz de unir a la gente, de amainar
discusiones crispadas como las que se leen actualmente. El recuerdo
está ahí, seguirá presente año a año porque se lo merece.