La muerte del aficionado ultra de
Riazor Blues-sección Los Suaves-, Francisco José Romero Taboada
“Jimmy” se une a otras tantas a lo largo de las últimas décadas.
Muertes innecesarias sea el modo en el que acabó la vida pero
dispares, incluso para merecer o no un minuto de silencio.
Está el “morir por el fútbol”, la
mala suerte de unos aficionados,uno o varios, que mueren porque el
vehículo en el que iban tiene un accidente de tráfico y fallecen.
Por ejemplo, el
autobús
de aficionados del Recreativo de Huelva. El partido se desarrolló y
el conjunto onubense rindió un homenaje con un triunfo
espectacular(0-3). También está el habitual en varios campos, el
del
infarto en parte por el estrés de un momento determinado. Ya más en la
linde con el matar por fútbol estaría los accidentes como el que
ocurrió en Sarriá-incluso en Cádiz- donde una bengala errónea(a
alguien no se le ocurrió diferenciar la bengala clásica del fútbol
y la marítima) alcanzaba el pecho del
joven. En esa época, me sentaba en tribuna alta y me preocupaba porque me
acordaba que Sarriá y el Rico Pérez tenían cierto parecido.
Peor es matar por el fútbol. Un simple
juego, con importancia en lo que lo rodea pero, sin más.Aquí ya hay
que separar, incluso, lo relacionado con el fútbol y lo que no está
y del que se aprovechan para relacionarlo con el deporte, cuando son
otros temas de calado, posiblemente, político los verdaderos
responsables. Así, podemos hablar del apuñalado tras salir de un
bar por enfados de barra y
alcohol
. En esta caso, destaca el caso de Manuel Ríos Suárez, aficionado
del Deportivo de la Coruña, que intentó salvar a un aficionado del
Compostela y falleció a causa de los
golpes.
Luego hablamos del tema del apuñalamiento por rivalidades
deportivas .
En algunos casos hubo suerte como el lanzamiento de piedras en el
Rico Pérez cuando jugó el Valencia C.F.(1996/97) sin ocurrir una
desgracia. Luego ya toca el tema de las reyertas entre aficiones que
creíamos lejos, muy lejos- las barras bravas argentinas o la torcida
brasileña pero que también se viven aquí, comol a que ocurrió
ayer.
En este caso es cuando una persona
lamenta el exceso de importancia que se da a la rivalidad
futbolística. Y ojo que, poniendo los pros y los contras, hasta
exoneraría a los medios de comunicación en este tema. Es muy triste
ver que por la actitud de unas personas determinadas un partido de
bajo riesgo se vaya a convertir ya de alto riesgo cuando el fútbol
es un momento para pasarlo bien. Hay ejemplos de sobra para ver
aficionados de un equipo y otro conviviendo juntos, para demostrar
que es un simple juego, que la rivalidad es bonita dentro del terreno
de juego pero, sin más. Yo he vivido sólo un partido fuera del Rico
Pérez, lo hice rodeado de murcianistas en la vieja Condomina y, oye,
un respeto absoluto. Y luego, aunque les parezca raro, deseos, al
terminar el partido, para que el Hércules siguiera en 2ª un año
más(estamos hablando de la temporada 2005/06). Siempre he
manifestado con personas de mi alrededor que el fútbol es una simple
afición que no nos debe olvidar que tenemos muchas más
características y algunas, comunes(por ejemplo, gustos musicales,
literarios, políticos...) con aficionados de clubes de gran
rivalidad. La rivalidad, como juego, dura 90 minutos y luego a seguir
con la amistad.
Apunte Un
partido más queda en el Rico Pérez para que termine este infame
2014. El balance no es bueno. En esta temporada tres victorias,
cuatro empates y una derrota. Si sumamos la del descenso, comenzando
con el día del Mirandés C.F., estaríamos hablando de seis
victorias, siete empates y siete derrotas. Seis alegrías de veinte
posibles.