Cuando el Hércules vuelva a saltar a
un terreno de juego, de forma oficial en Elda, lo seguirá haciendo
como en los últimos años. Los dos equipos, junto al colegiado, y el
apretón de manos del jugador visitante hacia el local. Un paripé
que rompe la magia de aquellos años y que nada sirve, como vimos en
el incidente entre Keita y Pepe en el pasado Real Madrid-A.S. Roma
durante esta pretemporada: uno no da la mano, otro le escupe.Sólo en
pocos casos se ve “sentimiento” en ese abrazo y siempre bajo el
hecho de ser un ex-jugador de un equipo y que vuelve a encontrarse
con sus ex-compañeros. Mucho precio pagado por el aficionado para tan poco rédito.
Todo viene a cuento de las nuevas
modificaciones reglamentarias y directrices
arbitrales.
Algunas son irrelevantes para el aficionado(por ejemplo, el tema del
equipamiento protector o lo del entrenador en la área técnica) pero
otras son importantes. Por ejemplo, el absurdo del spray, cuando la
principal queja del aficionado es la duda sobre si se ha medido bien
la barrera(¡¡cuántas veces se ha dicho en la grada que los
jugadores no están a la distancia correcta!!). Otra polémica se
refiere tanto a la involuntariedad de los rebotes como de la
sancionabilidad de los codazos.En ese sentido, recurro al aleteo, es
decir: si el jugador tiene el brazo parado, involuntario; si lo
mueve, voluntario, incluso en el gesto de llevar el brazo al
cuerpo.Sobre el codazo, veo bien la sanción pero me temo que los
árbitros van a seguir dos modos de arbitrar según el equipo del
agresor.
Me dejo para el final del artículo dos
apartados grotescos: uno, el del racismo; el otro, de la sanción
económica por alzar la camiseta y mostrar una imagen, publicidad,
etc. El del racismo y la posibilidad de suspender el partido,
incluso, me parece peliagudo. Me parece grave el asunto del
racismo-aunque sigo creyendo que, salvo unos pocos casos, es más
mala intención de alterar a los jugadores que verdadero racismo-
pero que puede dar casos de pillería. Por ejemplo, ¿cómo
resolvería el árbitro una situación en la que la afición
visitante, con resultado favorable, fuera a degüello contra un
jugador de color del equipo local?. En el Ciudad de Valencia se dio
un caso en un Levante U.D.-Atlético de Madrid con Diop como
protagonista, si bien el resultado era contrario al equipo del
aficionado que abucheaba. Por último, la sanción al jugador que
levanta la camiseta, rompiendo cierto encanto para la celebración
del gol y que ya en su día comentamos con la doctrina CR7.
Apunte Es
curioso el peculiar juego de la pretemporada. Los directivos quieren
ganar los partidos y trofeos posibles para lograr captar más abonados
mientras los entrenadores desean, si no la derrota, partidos que le
permitan ver los mayores defectos posibles para ser mejorados antes de
que cuesten puntos o eliminación.