martes, septiembre 03, 2013

Locura anual

El día del fin del mercado de verano en el fútbol es un día ajetreado. En sí, es un término muy escaso para lo que se vive a medida que se va acercando las 12 de la noche. Es un día complicado para entrenadores y secretarios técnicos porque, en cierto sentido, también se vive un poco con el pensamiento de la zona Cesarini. Este término que se refiere al fútbol en el terreno de juego, vive su propia expresión en las oficinas en ese día específico. La zona Cesarini, más o menos, querría indicar que, llegados los últimos minutos del partido, no se pierda lo ganado a lo largo de los 85 minutos anteriores por culpa de un despiste. Hacía referencia a un jugador que solía marcar en los últimos instantes. El propio Noe Pamarot marcó el gol en ese momento cuando todos los jugadores del filial ya daban por hecho el punto que les permitía abrir el casillero de puntos. Pero ese ambiente se tiene en las oficinas. Llega un momento, a lo largo de ese último día de mercado en que estás temiendo que alguna estratagema hará que se lleven la portero titular el último día y sin poder reaccionar. U otro jugador clave. En el caso del Hércules, el último día se saldó con la marcha de Matías Campos Toro y la llegada de Sissoko. Pero no fue el único, otros equipos también reaccionaron y firmaron a última hora. Incluso, alguno como Geijó estaba pasando las pruebas médicas con el RCD Coruña para...acabar ir camino de Mallorca.

Es un día caótico que muchos no comprenden. No entienden cómo una planificación pueda estar tan pendiente hasta última hora pero el fútbol es así. El día 31 de agosto- aunque este año ha acabado el 2 de septiembre por tal de no trabajar en sábado o domingo- es el día del “Mirlo blanco”, el del “bueno, bonito y barato”, el de forzar que un jugador acabe aceptando jugar en el equipo cuando, apenas tres semanas antes, era él el que desistía de fichar. El paso del tiempo, la falta de ofertas interesantes hace que el jugador acepte a regañadientes la firma de un contrato porque la otra opción es no tener equipo. Dejemos una cosa clara, son uno o dos jugadores por club los que hacen que este día sea una locura. Hasta que llega las doce de la noche, la avalancha de fichajes es continua.

Si está el bonito aspecto de ver los nuevos fichajes de última hora, también están las lágrimas como las que algunos aficionados merengues mostrarían por la marcha repentina de algunos jugadores que, sin confianza del míster(o con el míster), aceptan la oferta para irse a otro club, como pasó con Özil marchando a jugar con los “gunners”. O de alivio como los del Athletic ante el temor de perder a Ander Herrera. Incluso, un mixto...de perder jugadores por la tarde y fichar su relevo por la noche. El mercado de invierno no tiene esa capacidad de entusiasmo mediático, ya no hay tantos equipos que pugnen por fichar a última hora y, porque seamos sinceros, la carga mediática la llevan los dos de siempre.

Apunte Por cierto, tras una primera negativa de Lionel Messi para apoyar la candidatura olímpica Madrid 2020, el jugador argentino ha cambiado de opinión y se une al proyecto. Será que la presencia de Cristiano Ronaldo le ha hecho cambiar de idea.