viernes, agosto 09, 2019

Lágrimas

Antes de comenzar, quiero dejar bien claro que diferencio al jugador forzado a salir del que ficha por otro equipo, libremente. Ambos son casos diferentes. Viene a cuento de la actitud que muestran ciertos jugadores cuando dejan un club. Si hace unos años ya me mostraba crítico con la moda absurda de besarse el escudo en una presentación,  esta vez toca la actitud tendenciosa al lacrimeo, a llorar porque se deja un sitio donde, en teoría se ha estado a gusto.
 

Todo esto de la lágrima viene a cuento de esos textos escritos  muy "sentidos" cuando uno deja un equipo, las llantinas fingidas cuando la decisión de marchar ha partido del propio jugador. No soy de llamar "mercenarios" a los jugadores, reconozco que tienen su derecho a su carrera profesional pero me desespera mucho sus actos de postureo para que no le caiga las mil plagas si decide marchar al eterno rival, por ejemplo. Una cosa es aceptar que la vida deportiva es corta y otra es tragarme un "sentimiento" que nunca ha tenido. Y digo que nunca porque el jugador que ha "sentido" una camiseta sabe que, por ejemplo, hay otras que nunca deberá vestir. Es lo duro de una vida en el que el sentimiento del "cliente" es tan importante.  Hay jugadores que, dentro de lo que cabe, saben que el camino es muy largo dentro de esos 14-16 años de fútbol en activo en la élite, procuran esforzarse allá donde van pero sin mostrar excesos de afecto que les complique la salida en un momento dado. Sin embargo, hay otros que muestran estar con el club, con el sentimiento por bandera y la decisión de su marcha sería un terremoto de afectos. Esos son los peligrosos, los que tuitean cosas bonitas pero preguntando a su agente si hay "algo" para salir pitando a la más mínima. Prefiero al "profesional" sobre el terreno de juego que el que regala "afectos" de lunes a sábado en redes sociales.
 

Decía que diferenciaba al jugador que se quiere ir del que es forzado a irse(fin de contrato, fin de cesión,etc). A ese jugador, no hay nada que recriminar su sentimiento si lamenta marchar de un equipo donde ha sido querido.Si usa la sala de prensa o las redes sociales, se le entenderá. Así ha pasado con todos los que han ido dejando escritos tras ver que no se les renovaba. 

A lo largo de esta semana se ha dado dos casos: el de Juli, camino de la rescisión del contrato por decisión del club, y también el de Carlos Martínez, que muestra su deseo de salir del club por libre voluntad. Únicamente en un caso aceptaría ese mal trago de despedirse.
 

Apunte. Llama la atención sobre lo "extremadamente preocupante" que es perder el partido de los viernes y los lunes, un "30%" menos se cobraría según Roures. Lo curioso es que los partidos de esos dos días son de un nulo interés televisivo bárbaro,en un mundo donde la gente quiere ver al Real Madrid, al FC Barcelona o al Atlético de Madrid...y todos ellos jugarán mayoritariamente en sábado o domingo. De hecho, el partido en abierto se suele coger esos días.