No voy a negar que tuve un deseo de pequeño: ser periodista. Sin embargo, mi camino vital se orientó unos años después hacia las ciencias empresariales. Pero ello no hizo que olvidara ese sueño. También es cierto que encontré en Internet un lugar donde poder sacar mis anhelos, aunque fuera desde la opinión, sea en foros, sea en este blog desde 2004.
Todo este inicio es para que se comience a entender la pena que supone cuando un medio de comunicación, especialmente escrito, deja de existir. Unos se mantienen en versión digital, otros desaparecen de la faz de la tierra. Ayer, día 23 de enero de 2017, fue el último de la versión alicantina de "La Verdad". Cuatro años antes, la empresa ya dejó atrás su versión de Albacete. Ni siquiera pareció plantearse la posibilidad de mantener la versión digital, como hicieron otros medios que no pudieron sobrevivir en la parte de prensa de papel.
La prensa tuvo una existencia de siglos. De hecho, el primer periódico del que habría constancia era La Gazette de France, a comienzos del siglo XVII. Con todo, la sensación fue que Johannes Gutenberg, con la imprenta, ayudó a que la prensa tuviera sentido, aunque eso pasara después de la vida del inventor. Prácticamente, la información llegaba con el papel y tuvo ese monopolio durante bastante tiempo.
Ya fue en el siglo XX cuando apareció un primer enemigo importante: la radio. A partir de ahí, la inmediatez empezaba a ser el gran problema de la prensa escrita: opinión al instante pero, sobre todo, información mientras que el periódico llegaba ya con un retraso de un día. Con todo, ya tenía un volumen de venta importante y la gente, dentro de lo que cabe, combinaba ambos medios de comunicación. En casa, no voy a negarlo, se ha sido muy de transistor(con sus noticias, tertulias, retransmisiones) y poco de periódico salvo esporádicas ocasiones.
El siguiente enemigo aportaba el factor visual. Sí, la televisión añadía a la inmediatez la imagen(en todo caso, algo más afectado estaría el locutor al mostrar la imagen un punto de objetividad, de la que podía carecer la radio). Ya había en esa época cierta sensación de agotamiento de los periódicos de papel a finales del siglo XX.
Sin embargo, el gran factor de desestabilización ha llegado de la mano de Internet. Curiosamente, le ha aportado un gran contenido de "archivo" informativo pero, a su vez, le ha exigido una cuota de sacrificio y pérdida de calidad a la profesión de periodista. Explico aquí esa pérdida de calidad: el hecho de tener que publicar casi antes que el competidor ha provocado, en determinadas ocasiones, que ciertas labores de "cotejar y contrastar información" hayan tenido que ser "express". Eso en el periodismo deportivo ha convertido el rumor de bar casi en un tuit que, el tiempo, acaba demostrando falso. Respecto a la cuota de sacrificio, está en el tema de una información que llega libre al lector sin pagar ese euro(o poco más) y obtenerla gratuitamente(otro tema será el ingreso que puedan recibir por "click"...pero para el usuario, no le cuesta. Si, encima, la dirección del periódico decide "cerrar" la noticia(vía suscripción), el lector buscará otra visión de esa noticia en otro medio de forma gratuita. Ahí nos encontramos el primer motivo de gran preocupación para el periodista: posiblemente, ya no se valora la calidad de la información, casi prefiriendo la obtenida "a granel" a la trabajada.
Si ya los medios de comunicación tienen problema para "vender" su mercancia, aparecen dos tipos de rivales que han minado todavía más el edificio de la prensa escrita(a pesar que bastantes de esos medios ya tienen su versión "digital"): los "periodistas" amateur que, desde un blog o una web de un nuevo "digital", aportan cierta calidad a la información y son bien recibidas por la gente y, por otra parte, las redes sociales, cuyo único "valor" es de "reportero en la calle"(por ejemplo, la grabación de la mujer que, en las lluvias torrenciales de Finestrat, narraba el fallecimiento de un hombre llevado por la corriente, y que acabó por viralizarse en los medios tradicionales de internet y televisión).
Para terminar de culminar la faena, el periodista se ve en una disyuntiva triste y grave: la de su profesionalidad y personalidad. Si "denuncia" cosas, puede ser considerado como "peligroso"(no es la primera vez que se intenta que un periodista no publique cierta noticia); si no la denuncia es criticado por cierta gente por falta de valentía. Si quiere ser valiente sabe que, casi, debe hacerlo desde un medio independiente...y carente de medios económicos.
Desde Grada Preferente quiero mostrar mi apoyo a todos los periodistas de "La Verdad"-Alicante(extendido también a las de la provincia). También, aunque seguirán teniendo trabajo, a todos los demás periodistas de otros medios.
Apunte Aunque la victoria ante el Centre d'Esports Sabadell se puede considerar justa, también lo es el hecho de considerar que el peligro arlequinado se generó desde la marcha atrás que hizo el equipo de Luis García Tevenet en los últimos instantes.
Referencias:
*Cierre LA VERDAD Albacete: http://fape.es/cierra-la-verdad-de-albacete/