Bueno, el concepto más preciso es "Se subasta" pero la vida deportiva y patrimonial del Estadio José Rico Pérez puede dar a conocer un cuarto propietario en cuarenta y dos años, lo cual es curioso en una instalación deportiva que puede conocer un propietario(municipal o propiedad privada, normalmente dentro del balance del club de fútbol que juega en ese terreno de juego) o dos(propiedad privada que se pasa a municipal, muy pocas veces al revés). Pero el feudo alicantino lleva una evolución llamativa: del club(1974-1994), municipal(1994-2007), propiedad privada ajena al club(empresa que participa en el accionariado pero nada más) y, quién sabe, administración autonómica vía institución dentro de ésta...si prospera su opción en la subasta de febrero.
El estadio, construido en 1974, vivió un período dulce, pletórico con el equipo blanquiazul jugando en Primera división. Con la llegada del Mundial 1982 y el estadio como una de las sedes(además importante, porque jugaba Argentina como defensora del título y el partido de tercer y cuarto puesto), se produjo la primera gran reforma de la imagen del club: esa grada triangular encima de la grada de Preferente. Las siguientes reformas ya serían de imagen pero, durante mucho tiempo, hasta 1997, se reconocía el estadio por la vista del cemento en casi todas las gradas y los asientos de Tribuna en plan, llamativamente, arlequinado.
Con el ascenso a 2ª División en 1993(sí, porque, por desgracia,ya vio pronto 2ªB el estadio), se comenzó a dar los pasos para su enajenación al Ayuntamiento de Alicante y que, tras unos trámites(entre ellos un problema que tenía el propio consistorio para asumir determinados excesos económicos) pudo llevarse a cabo en junio de 1994. Se finiquitaban dos décadas de propiedad del club y pasaba a acoger un rol menos acogedor: inquilino.
Nada hubo de particular, salvo poner asientos a todas las gradas en 1997 y que se mantuvo hasta 2010. Pero hubo una fecha que implicó un cambio de actuación entre los aficionados: llegaba verano de 2001 y el Alicante CF se convertía en segundo inquilino. En ese punto comenzó una reclamación más moral que legal(que era, entonces, el argumento del conjunto alicantinista). Se vivieron episodios desagradables que, ni siquiera, el ascenso del Hércules CF en 2005 sirvió para calmarlos. Fue una época en la que era habitual recordar en prensa los defectos que tenía el estadio y que exigían una reforma que la propietaria no daba a realizar salvo, puntualmente, con el ascenso blanquiazul.
Llegó 2007 y el cambio de propiedad. El Ayuntamiento vendía, con sus condiciones(en la que estaba una reforma del estadio) a Aligestión Integral, empresa que participaba mayoritariamente en el accionariado y, por tanto, llevaba la gestión del club.No era un regreso al club pero, para muchos, era el "instrumento" para volver a tener la exclusividad del uso del estadio.
La época de Aligestión comenzaba con humo, mucho humo: el de los proyectos que eran irrealizables pero que dieron para mucho debate y, por otra parte, los problemas del propio campo donde ocurrían incidentes graves pero que, al menos, por suerte, no fueron dramas personales pero bien lo rozaron(trozos pequeños de grada que se caen, un pequeño incendio en Preferente,etc). Con el ascenso, se llevó a cabo una reforma "light" comparado con lo que se habló años antes.Sin duda, el gran puntal de la reforma, aparte de temas de palcos, aseos, vestuarios, asientos(algunos cambiados, otros "pintados") fue el césped, orgullo blanquiazul durante un buen lustro.
Pero también hubo un buen susto: en febrero de 2013 se cayó una de las rejillas de focos y que, aparte de obligar a cambiar las cuatro torres de focos, dejó una imagen que, menos mal, no ocurrió durante un partido de fútbol porque la imagen hubiera dado la vuelta al mundo.
Ahora en 2017 afronta otro episodio tras la liquidación de la empresa propietaria del estadio. El IVF tiene intención de ir a por el estadio. Ya se verá. En julio del año pasado, su director ya decía aquello de "el fútbol en Alicante seguirá con el Hércules o con otro club". Al menos, dentro de lo que cabe, daría permanencia del uso deportivo del terreno que ocupa el estadio José Rico Pérez.
A partir de febrero veremos el nuevo propietario. Personalmente, mi deseo sería recuperar el estado público del estadio, asegurar tanto su presencia como la del resto de instalaciones deportivas que son una joya para Alicante. Mientras que el Hércules CF siga existiendo y supera el escollo de Bruselas, el Rico Pérez seguirá siendo su campo.
Apunte Si, a veces, he dejado claro que algunas derrotas son buenas, no voy a dejar de hacerlo tras perder el Real Madrid su racha de imbatibilidad en Sevilla. Al menos, para ellos, se quita un punto de tensión por mantener esa racha y se puede ganar en motivación...para repetirla.