lunes, agosto 03, 2020

La estirpe de los creyentes

                 La verdad, es que han pasado tantas cosas en estos meses, y todas no precisamente buenas, que me resulta hasta obsceno hablar de fútbol, cuando el que más, o el que menos, ha perdido a alguien, o su forma de sustento, en esta pandemia, que está arrasando el mundo, tal y como lo conocíamos. Pero, supongo, que está en nuestra naturaleza, seguir mirando hacia adelante, y pensar en cosas más banales, como el fútbol,  aunque sólo sea en un intento, de intentar recuperar, con más o menos ganas, nuestra rutina, aunque no sea tampoco en las condiciones que la veníamos disfrutando.

         En el caso del Hércules, el culebrón Carmelo del Pozo ha tocado a su fin, y tras tiras y aflojas, parece ser que ya tenemos Director Deportivo, mucho antes, en ese universo anómalo llamado Hércules, que tengamos Presidente. Sirva como anécdota, que cuando supuestamente lo fue García Pitarch, en el mismo BORME apareció en el mismo día su nombramiento, y su cese como tal, así que realmente,  lo tener o no Presidente, es irrelevante, cuando las decisiones las van a seguir tomando los mismos, como bien se dio muestra de ella la temporada pasada, y que casi nos lleva al desastre.

         No sé si es que ya estoy muy quemada, o que como el diablo sabe más por viejo que por diablo, directamente no me fío de lo que pueda pasar, si a la pelotita, que es muy caprichosa, le da por no entrar en la portería correcta, pero no comparto esa euforia que se ha desatado en redes sociales, con el advenimiento de Carmelo. No es por él. Me da igual que sea él, o el mejor director deportivo del mundo mundial, simplemente es que, a estas alturas de la vida, no creo en Caballeros de Blanca Armadura, que vengan a sacarnos de este lodazal de 2b, y no digamos ya con el nuevo modelo de competición, y eso sólo hablando del terreno deportivo, porque en el institucional, ya esa idea la he abandonado por completo, desde hace tiempo.

        Pero hete aquí, que el herculano, está genéticamente programado para que querer a su equipo (no confundamos equipo, con directiva), y estoy deseando que se inicie la competición, para disfrutar y sufrir, por partes iguales y, sobre todo,  renovar nuestro abono, con la esperanza de que “este año será el nuestro”, y que “otro Hércules es posible”. Siempre queremos creer, que cada año será diferente, y que la Diosa Fortuna, nos debe el sinsabor del año anterior, y este año lo compensará  con creces, y es por eso, que si la pandemia lo permite, un año más mi garganta se unirá a la de los otros creyentes, que juntos proclamarán al viento aquello de..¡Macho Hércules!