sábado, junio 13, 2020

Diez años de ese gol

Esta pandemia sin fin salvó, como todos saben, un desastre que se iba ganando con el paso de las jornadas. Posiblemente, aquel gol del conjunto del Prat de Llobregat en el estadio José Rico Pérez fue el ejemplo de un desastre que iba cogiendo un tono negruzco parecido a un torrado sin control. Un desastre que había comenzado hace un año y que fue creciendo con episodios cada vez más grotescos. Afortunadamente, ni se planteó volver a la competición como han hecho otras ligas e impidió un final muy duro y que, por cierto, evitó que Jona engrosara su palmarés de descensos con uno más. Cuando ya se había asumido que la salvación se escapaba de las manos-esos cuatro empates a cero desde la jornada 25 a la 28 tampoco aportaban mucho- la situación de la epidemia de covid recomendó el fin de las competiciones. Se quiso esperar, el mismo Rubiales pretendió que se pudiera volver pero, cuando el tiempo apremiaba, consideró que lo mejor era dar por finiquitada la temporada. Eso sí, dejándonos una segunda B más liosa todavía y atípica para la 2020/21 y de la que tampoco sabemos su devenir.


Poco se podía imaginar la gente, nosotros mismos, cuando hace diez años marcaba Portillo aquel 2-1 al Rayo Vallecano en la jornada 41 y que nos ponía como candidatos firmes a subir a Primera, asegurándose en Irún. En aquel momento, con un estadio casi lleno, el entusiasmo desbordó a todo el herculanismo. En esos momentos, el sueño era poder mantenernos en primera algo más de tiempo y no fuera tan fugaz como en la temporada 1996/97. Sin embargo, ya ese verano de 2010 fue aterrador con el tema de la compra de partidos y que se “salvó” más por temas formales que por el fondo del asunto. Para acallar conciencias llegaron tres jugadores que debían de marcar diferencias(Trezeguet, Nelson H. Valdez y Drenthe) y a fe que lo hicieron en la primera vuelta. En la segunda vuelta, entre “lo” de Drenthe, los problemas económicos y, para rematar, la lesión de rodilla de Tote en ese partido ante el U.D. Almería que comenzó la deriva de descenso. De ese año se salvan el 0-2 en el Camp Nou y la pletórica primera parte ante el Atlético de Madrid(4-0, luego el Atlético marcó el gol del honor en la segunda parte).



Desde entonces una deriva que nos ha llevado a rozar el descenso a la cuarta categoría del fútbol nacional y con pocos instantes para la alegría plena(aquel 0-3 en el Martínez Valero en 2012, el 2-6 en la Nueva Condomina en ese mismo año o el 0-1 de 2015 en el mismo estadio).El comienzo del fin llegó en ese junio de 2012 con el fichaje de Portillo. Un terremoto que se llevó por delante a Sergio Fernández, la aparición de García Pitarch(se habla que su mejor acción fue fichar a Paglialunga pero el jugador llegó con la friolera de 198' en seis partidos con el Catania...chiripa que nos saliera bien), la destrucción de la dirección deportiva, la llegada de Quique Pina(sin olvidar que los peores fichajes no llegaron de su mano)...y el descenso a segunda B.



Durante las dos temporadas primeras en segunda B hubo, al menos, opción de volver con dos play-offs en los que el Cádiz CF se convirtió en nuestro verdugo. Luego, el primer descontrol en las temporadas 2016/17 y 2017/18 con el paso de cinco entrenadores(Tevenet,Luque, Siviero, Claudio Barragán y Visnjic). La temporada 2018/19 supuso un espejismo: se comenzó bien, se mantuvo el entrenador hasta la mismísima final de “El Toralín” pero la 2019/20 se volvió loca desde el comienzo: Planagumà, Jesús Muñoz, Mir y Antonio Moreno como entrenadores sin conseguir recuperar la deriva salvo unas pocas semanas. Todo salía mal pero tampoco se corregía; como ejemplo, la pelea(https://www.diarioinformacion.com/hercules-cf/2019/11/27/plantilla-senala-moha-llegar-manos/2210650.html) de Benja y Moha acabó, sorprendentemente, con la titularidad de ambos y, para mayor burla, el que se enfadó en aquella historia acabó en el banquillo(Fran Miranda).

El mercado de invierno, el espectáculo dantesco de los días previos de la Copa del Rey, las salidas de Carlos(bueno, ya quería irse en agosto, quizás debió ser la decisión más correcta en ese momento) y Fran Miranda. Todo un desastre en el que las victorias en Tarragona y Sabadell fueron más negativas que positivas(el colmo de ese año es que lo positivo acabó siendo negativo), las lesiones, los problemas deportivos y extradeportivos hicieron que el equipo flirteara con la tercera división buena parte de la competición(aparte de algunas jornadas primeras, desde la número catorce hasta el fin abrupto de la temporada).



Si en lo deportivo ha sido caótico, en lo extradeportivo no hubo una noticia buena desde marzo de 2019 con el fin del problema de las ayudas ilegales de la UE y que volvió a salvar por lo “formal”. Sin embargo, se mantuvo el problema con Hacienda y otros temas que, siendo menores, tampoco han permitido una tranquilidad en el club porque el cargo de presidente ha acabado siendo lo más parecido al banquillo...Quique Hernández, Parodi, Ramírez alternándose en la presidencia desde 2017.



Cuando Portillo marcó ese gol que salvó lo del “ascenso a primera por década” por los pelos, nadie se podía imaginar que, en estos diez años, iban a romper, por primera vez, una historia llamativa(1935,1945,1954,1966,1974,1984,1996,2010) y que casi tengamos que celebrar-duele decirlo- un “ascenso” porque todo apuntaba a que, de no haber mediado covid, jugaría en Sagunto, Catarroja, Novelda,Elche, San Vicente del Raspeig.



El próximo año tendrá varias incógnitas pero nada apunta a que sea bueno. La deriva institucional, económica y deportiva no inspira confianza y todo pasa, una vez más, por una alineación de los astros.